Volvemos a las urnas. Este domingo será el momento de expresar a qué personas, a qué partido, confiamos nuestra representación en las instituciones más cercanas a la ciudadanía: los ayuntamientos. Será un momento importante en el que la democracia aflorará en su máxima entidad, porque decidimos el sentido del futuro de la ciudad en la que vivimos y, con ello, optamos por un modelo de convivencia o por otro.

Votar es un acto individual, pero de consecuencias colectivas. La voluntad que depositaremos dentro de nuestro sobre no nos afecta solo a nosotras o nosotros, sino que trasciende a algo superior, al conjunto de lo que representamos, a la identidad ciudadana, a la comunidad. Esa es la esencia de este día grande y, por eso, el llamamiento principal que hoy me gustaría hacer es insistir en el carácter decisivo de la participación política.

Cada una y cada uno de nosotros debe ser consciente de lo que representa votar. Un voto en un sentido o en otro afectará al día a día. Las decisiones que tomará el Gobierno municipal en los próximos cuatro años pueden suponer que los impuestos sigan bajando o vuelvan a subir como en épocas pasadas, que siga recortándose la deuda hasta desaparecer o si volvemos a pedir créditos a los bancos para derrochar millones y más millones en Ciudades de la Lengua o maquetas de Calatrava. O si abrimos un nuevo centro de alzhéimer o lo vuelven a cerrar. Decidiremos si queremos que vuelvan al Ayuntamiento quienes ensuciaron el buen nombre de nuestra ciudad con las sospechas de corrupción o si continuamos con políticas transparentes de apertura a la ciudadanía. Todas esas decisiones está dentro del sobre que mañana introduciremos en la urna. No se ven, pero están. La papeleta decidirá si queremos la reforma de más colegios, la construcción de centros de día de atención especializada, una biblioteca digna, los parques que se prometían desde hace 25 años, viviendas para mujeres maltratadas, billete de autobús gratis para los niños o políticas de empleo que consoliden la caída progresiva del paro.

El 26M votamos por una idea de ciudad. En los últimos días, las castellonenses y los castellonenses ha tenido la oportunidad de conocer las propuestas que cada partido plantea para dar respuesta a los retos y desafíos del presente. Hemos hablado de bienestar, sostenibilidad, economía, educación y derechos. Al menos esa ha sido la intención de la candidatura que tengo la satisfacción de encabezar. Y ahora decidiremos si queremos seguir hacia delante o si volvemos a tiempos pasados, sin derechos para aquellos que la derecha considera diferentes. La derecha que quiere que las mujeres seamos menos que los hombres, que no tengamos la protección del Estado en casos de violencia machista, la derecha que quiere acabar con la educación y la sanidad públicas. Una derecha reaccionaria, intolerante y agresiva.

El domingo tenemos una cita importante. Participemos en el gran día de la democracia, tengamos voz y voto en el debate de lo que tiene que venir, que ha de ser bueno y mejor. Es el momento de continuar avanzando. Nos jugamos mucho. Un voto decide el futuro.

*Alcaldesa y candidata del PSPV-PSOE a la alcaldía de Castelló