Los habituales seguidores de esta página ya observarían ayer que mientras construíamos las torres y castillos de arena nos visitaron a la orilla del mar muy famosos actores de cine de todos los tiempos, a través de quien les presta su voz en España por la gracia de los doblajes, mi amigo Víctor Agramunt. Y como ahora Víctor pertenece a la asociación cultural Universidad de Mayores Experiencia Recíproca (UMER), aprovecha para ofrecer en Madrid conferencias sobre los misterios del doblaje de películas y, de modo muy especial, recitales de poesía. Con obras poéticas de autores españoles de gran significado, desde Antonio Machado a Federico García Lorca. Pero la visita de Víctor estimuló mi curiosidad periodística y le hice algunas preguntas sobre el mundo del doblaje. Y pude aprender, para los lectores de este Humo de los barcos, cosas así:

--La primera película que se dobló al castellano fue Entre la espada y la pared, con Gary Cooper de protagonista. Ocurrió en los años 30.

--Los primeros estudios españoles fueron Fono España, en Madrid, y una filial de la Metro-Goldwyn-Mayer en Barcelona.

--Una de las primeras series que se doblaron para televisión fue La saga de los Forsythe.

Y en otro orden, los poemas que Víctor Agramunt ha elegido para sus recitales y entre el corro de oyentes sentados a la orilla del mar estos días, están encabezados por La casada infiel, de Federico García Lorca. Recitaba esto:

Y yo que me la llevé al río

creyendo que era mozuela,

pero tenía marido.

El final, tiene gracia, recitado por Víctor:

Me porté como quien soy.

Como un gitano legítimo.

Le regalé un costurero

Grande de raso pajizo,

Y no quise enamorarme

Porque teniendo marido.

Me dijo que era mozuela

Cuando la llevaba al río.

También estuvo con nosotros Antonio Machado:

Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

Caminante, no hay camino,

Se hace camino al andar.

Al andar se hace camino,

Y al volver la vista atrás

Se ve la senda que nunca

Se ha de volver a pisar.

Caminante, no hay camino,

Sino estelas en la mar.

Claro que también cabe aquí lo que dice una copla:

No te mando más castigo, que estés durmiendo con otro, y estés soñando conmigo…

Y es que todo cabe en un poema. Cualquiera de los que recita Víctor Agramunt, nos encanta y nos emociona profundamente.

Paralelamente a esa magia poética del cine y de la radio, también ha aparecido a la orilla del mar la historia de aquel día en que el Teatro Principal de Castellón cantaba la exquisita soprano Luisita Pérez, que se desmayó en el escenario en plena función y fue recogida y asistida por el popular médico Vicente Gea Mariño, que estaba sentado en primera fila. Tanto ayudó a que se recuperara la soprano, que se enamoraron y no tardaron en casarse.

Otro triunfo inesperado del amor. H