Como cada 1 de julio, esta semana hemos celebrado el Día de la Policía Local de Almassora. En esta ocasión, como casi todo en 2020, el acto ha sido diferente al habitual. Sin exposición de vehículos, pase de revista ni entrega de medallas… pero cargado de emoción y homenaje sincero. Los hombres y mujeres que forman la plantilla municipal han mostrado el mejor ejemplo de lo humano en el peor momento de nuestra historia más reciente.

Tal y como les dije durante el acto de reconocimiento celebrado el pasado miércoles, Almassora se enfrentó al confinamiento y a la pandemia de coronavirus y, como si no fuera suficiente, también lo hizo al temporal de lluvia más potente desde que tenemos registros. Fueron 48 horas de dedicación sin descanso las que permitieron que nos recuperáramos más pronto de lo que podíamos imaginar de un desastre natural como el que vivimos a finales del mes de marzo. Y cuando parecía que nada podía ir a peor, también sufrimos dos casos de violencia machista en esos días tan difíciles para las víctimas que están obligadas a convivir con sus maltratadores.

Afortunadamente, en el medio de toda la tragedia pudimos quedarnos con la dedicación de la Policía Local a los mandos del comisario Roberto Verdoy. Informadores en un momento en que comunicar la realidad de la pandemia y los consejos sanitarios era vital para frenar los contagios, garantes del orden público e, incluso, portadores a domicilio de fármacos para pacientes con cáncer… Su trabajo, tantas veces denostado, no pone en valor tantas noches al raso bajo la lluvia y tantos días de multiplicarse para llegar a cubrir las necesidades sobrevenidas.

Por eso, este Día de la Policía Local entendimos que el reconocimiento debía ser conjunto, a todo el equipo, por haber antepuesto en todo momento el servicio público a las situaciones familiares y personales complicadas. Y así quise, quisimos, aprovechar esta fecha tan especial para reconocer a los agentes esas llamadas que atendieron con la mayor profesionalidad, las patrullas por las calles desiertas de una Almassora nunca vista, la serenidad cuando todo era desconcierto y la coordinación con el resto de cuerpos de seguridad. Ellos y ellas ya saben quienes son pero, en nombre de la corporación municipal, quiero recordarles que nosotros también lo sabemos.

*Alcaldesa de Almassora