El panorama surgido tras las elecciones generales es complicado. Tanto, como las intenciones plurales y diversas de los votantes. Lo que tenemos es lo que hemos querido tener. Esta es una regla de oro de la convivencia democrática.

Otra, no sé si somos demasiado conscientes, es que la política consiste en hablar, acordar y pactar. Incluso debe ser así en circunstancias de mayorías absolutas y holgadas. De lo contrario devienen en tiranías.

Tenemos experiencia acumulada para afirmarlo. Gestionar la diversidad y reconocer la legitimidad y la capacidad de interlocución de los demás debería ser un atributo de todo partido democrático. Y, en los tiempos que corren, casi su propuesta estrella.

Tras las elecciones se han sucedido demasiados episodios estériles y poco edificantes. Es como si no se hubiese detenido la campaña electoral y continuara ese estilo monocorde de golpear y desconfiar del otro.

No hay ni nueva ni vieja política. La gran transformación pendiente se sitúa en el terreno de los modales y de las formas. En democracia las formas deberían ser tan importantes como los contenidos. Hemos confundido la crítica con la sátira y la dialéctica con el gallinero. ¡La política no es un reality show! La conformación del nuevo gobierno pasaba, en primera instancia, por las opciones de Rajoy. Es una certeza matemática que nadie quiere al PP. Un periódico nacional de corte conservador les tildaba de “organización criminal” en la portada. Qué más podemos añadir tras lo que vemos cada día… A partir de ahí le corresponde, en una secuencia ordenada de las cosas, conformar gobierno al segundo partido de España en número de sufragios. El PSOE. Lo tenemos que intentar. Un gobierno progresista y reformista. Con los apoyos parlamentarios de quienes entiendan que no es tiempo de partidismos ni de soberbias.

Hay que hablar de lo que puede unirnos a muchos. El foco hay que ponerlo responsablemente ahí y no en aquello que legítimamente nos diferencia. El rescate de las personas, la recuperación del estado social, cumplimiento de la ley de la dependencia, pacto por la educación, cambio de modelo económico basado en la sostenibilidad, la innovación y el conocimiento, regeneración democrática, el regreso de los jóvenes que marcharon de España frustrados y sin futuro, los cambios constitucionales que nos permitan seguir creciendo juntos otros 40 años. Busquemos los puntos de intersección. Hemos decidido someter el tenor de los hipotéticos pactos a la deliberación de todo el partido. Esto sí es tecnología política punta. Fe en tu gente. Formas y modales. H

*Secretario general provincial del PSPV-PSOE