La Semana Santa de l’Alcora es un innegable reclamo turístico. Un atractivo que tiene en la Rompida de la Hora su punto álgido. Declarada como Fiesta de Interés Turístico Autonómico, uenta con la participación de decenas de cofradías y hermandades, que atrae cada año a miles de visitantes gracias al esfuerzo de la Cofradía del Santísimo Cristo del Calvario.

Este escenario demuestra el fervor religioso de un pueblo que arropa al visitante. Que se enorgullece de sus tradiciones y que reclama apoyos para promocionar la fiesta. Como el que ha puesto en marcha el gobierno provincial con una nueva línea de ayudas que permitirá invertir en el festejo para poner en valor este innegable reclamo turístico.

Una tradición a la que este año el tripartito ha impuesto un nuevo protocolo. El que elude las misas pero mantiene las procesiones. Manifestaciones religiosas seguidas por miles de vecinos en las que los tres partidos políticos tienen la oportunidad de exhibirse.

Es el nuevo postureo procesional. El que no puede practicarse en el recato de las misas.

Muchos alcorinos no han entendido por qué el alcalde y los concejales del pacto de gobierno no aparecían por algunas misas pero luego sí se dejaban ver en las procesiones. Una incoherencia más de quienes confunden la cuatribarrada catalana con la Real Señera valenciana. Afortunadamente, los alcorinos conocemos bien la bandera de España y la autonomía que nos representa. H

*Senadora del PP