A las puertas de cerrar el 2017, toca echar la vista atrás y ver el camino que en estos poco más de dos años ha recorrido Burriana. Debería ser un camino de ascenso, de lucha y de esfuerzo, de exigencia para quienes un día decidieron pactar para gobernar la ciudad y conducirla por la senda de la recuperación. Sin embargo, nos encontramos con un ecuador ya superado y un largo reguero de oportunidades perdidas.

Este año nos ha traído novedades importantes. Noticias que nos han impactado y han logrado que nuestra querida Burriana alcanzara cotas de publicidad impensables. No esperamos encontrar ya a la vaca, pero este hecho, que nos catapultó a la fama nacional, es solo una muestra del desgobierno que nos gestiona.

Hemos perdido 16.600 metros cuadrados en el Arenal; el PGOU está condenado por la decisión de abandonar la modificación; el PAI Sant Gregori, estancado; los vecinos del Plan Especial de la Marjaleria ya no creen en su desarrollo; desbandada en el centro de estudios Martí de Viciana; las unidades A-30 y A-31, sin fecha de ejecución; el aparcamiento de camiones de la Papelera, amortizado; se han perdido talleres de empleo y las becas de violencia de género y discapacitados, sin convocar.

Tenemos muchos más ejemplos, tristemente para Burriana. Pero queremos que esta sangría que nos conduce al precipicio cese y dejen de conocernos por aquello que perdemos. Porque nuestra ciudad es mucho más. Referente en inversión, modelo de desarrollo, motor de riqueza.

Esa es Burriana. Con un potencial invencible que es la ciudadanía. La que día a día lucha por garantizar un mañana más próspero. Estamos convencidos de que detrás de la farsa, el maquillaje y el fraude que hoy nos gobierna, están por llegar los mejores éxitos para nuestra ciudad. Solo hace falta tiempo.

*Portavoz del PP en Burriana