De pequeña mis padres me inculcaron que no está bien deber dinero a nadie y que quien paga descansa. Si en el ámbito personal y privado es importante tener una situación financiera saneada, es capital para una administración pública y su capacidad de saldar las deudas lo antes posible con sus proveedores. Porque de esas facturas depende el sustento económico de muchas familias de autónomos y empresarios, y más en un momento de grave crisis como el que nos acecha debido a la pandemia del coronavirus.

Por ello, desde el Ayuntamiento de Onda, y gracias al trabajo de nuestros técnicos, estamos haciendo un gran esfuerzo por pagar nuestras facturas en el mínimo tiempo posible. Según los propios datos del Ministerio de Hacienda, Onda paga a sus proveedores en un periodo medio de cuatro días, muy por debajo de la media nacional y consolidándose como el municipio grande de la provincia que antes paga.

Cumplimos con nuestra obligación, con nuestro deber y con la Ley de Morosidad que establece un plazo máximo de 30 días para pagar las facturas. Además, podemos afirmar que la situación contable y financiera del gobierno municipal está saneada en la actualidad y nos marcamos como nuestro gran reto acabar la legislatura con deuda cero.

En estos momentos de crisis sanitaria y económica no nos podemos permitir tener facturas en el cajón mientras los autónomos, las empresas y las familias están pasando por graves dificultades. No una administración pública que se debe a sus vecinos. Y esto es aplicable a todos los niveles gubernamentales.

No podemos exigir a los ciudadanos que hagan esfuerzos, cumplan con sus obligaciones y renuncien a derechos fundamentales si nosotros, sus representantes, somos incapaces de dar ejemplo. H

*Alcaldesa de Onda