CARTA AL DIRECTOR

Me parece indignante que, siendo gerocultora profesional como soy, no me den la oportunidad de trabajar. Estoy en paro y me parece vergonzoso que, después de ir a tantas entrevistas como he ido, solo me dicen «ya te llamaremos». Me he encontrado con residencias que prefieren coger a una niña de 20 años con una cara bonita a una mujer de la edad que sea pero con experiencia. Para mí, esos residentes que están metidos en asilos son personas, no números. Hay que tratarlos como se merecen, con mucho cariño, amor y respeto. Para cuidar a una persona mayor no hace falta tener una cara bonita, hace falta paciencia y estar a la altura para que nuestros mayores se sientan a gusto.

Macarena