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La idea de crear una verdadera área metropolitana alrededor de Castellón como capital, con una influencia sobre 350.000 habitantes, no es nueva. Aparece cada cierto tiempo en las agendas de nuestros políticos y todavía más cuando se trata de hacer programas electorales.

La alcaldesa socialista de la capital, Amparo Marco, se refirió hace pocos días a la misma a cuenta del transporte. Dio casi por enterrada la idea de trasladar el TRAM a las poblaciones vecinas porque resultaría muy caro y, al tiempo, ineficaz. Y habló de poner en marcha un medio que sea “moderno, rápido y seguro”.

El transporte no es el único servicio en el que sumar sinergias resultaría muy provechoso para los vecinos. Ayer, sin ir más lejos, Enric Nomdedéu anunció un convenio de colaboración entre Castellón y Vila-real para coordinar los sistemas públicos de alquiler de bicicletas y hacerlos compatibles.

Se trata de tener mejor predisposición, sentarse los responsables políticos --también técnicos de los distintos ayuntamientos-- y ponerse a trabajar al objeto de compartir infraestructuras para que el dinero que se invierte llegue a cuanto más ciudadanos mejor. Al tiempo de sumar a la Diputación y la Generalitat en aquellas materias que resulten propias de estas dos administraciones.