Agosto va entrando en su recta final con las mejores (y tan esperadas) noticias para el Regina Violant. La empresa adjudicataria, Añil Servicios, Ingeniería y Obras, ha tramitado ya la primera certificación de obra, es decir, la liquidación por los trabajos ejecutados desde el primer día del nuevo contrato. La dirección de la obra, formada por los técnicos municipales que supervisan el correcto avance de los trabajos, ha confirmado que la constructora acumula ya más de 300.000 euros en este primer mes de ejecución.

Nos tranquiliza ese mensaje del equipo de Urbanismo que recalca el buen hacer de la empresa y su disposición para acelerar en la medida de lo posible unas obras que se han demorado demasiado tiempo. Primero, por la falta de previsión de lo que iban a ser unos barracones provisionales hasta que estuviera acabado el colegio, cuando la poca gestión administrativa acumulada ya confirmaba que el Regina Violant iba para largo. De hecho, las aulas de plástico llegaron en el 2006 y hasta el 2015 no salió a concurso público la adjudicación de las obras.

Es difícil de entender esa provisionalidad que nos intentaron vender. Y, después, una vez adjudicado el contrato a Torrescámara llegó el otro mazazo, el abandono apenas unos meses después porque la empresa pedía más dinero del firmado en el contrato.

MANIOBRA HABITUAL // Quizá, y sin quizá, hubo una época en que eran habituales estas maniobras, pero en esta ocasión la Generalitat valenciana no cedió y decidió reabrir el proceso para que otra empresa continuara las obras, tal como está ocurriendo en estos momentos.

Pese a que no fuimos nosotros quienes decidimos pararlas (de hecho ojalá hubieran cumplido el calendario al que se comprometieron mediante contrato), todas las administraciones implicadas hemos tenido una parte de culpa por esa burocracia que se alarga y desespera cuando los proyectos no cumplen los plazos que previstos.

Pero, sobre todo, por esas promesas de hace ya 13 años cuando era evidente que los barracones no iban a ser provisionales.

Ahora se abre un nuevo tiempo para la comunidad educativa, que en el 2020 estrenará un colegio de verdad, el que siempre mereció.

*Alcaldesa de Almassora