Al final era todo mentira. Las tan cacareadas «facturas falsas» que la consellera Montón llevó a la Fiscalía y que tantas veces dijimos que no eran sino una denuncia falsa y una cortina de humo, han resultado ser una enorme mentira. La Fiscalía le ha dicho a la ínclita consellera que ni hay delito, ni malversación, ni prevaricación. Lo único que hay es una desvergüenza descomunal y un uso torticero del Hospital Provincial con el único fin de causar daño al adversario político sin importarle un pimiento si se llevaba o no por delante el buen nombre del centro hospitalario más prestigioso de nuestra provincia.

Una denuncia falsa que se produjo durante la campaña electoral de junio de 2016 con ánimo de influir en las elecciones. A falta de argumentos, decidió judicializar la campaña con facturas que no eran ni más ni menos que las que se amontonan en su propia Consellería de Sanidad.

Efectivamente en el año 2016 Carmen Montón acumuló más de 745 millones de euros en facturas en los hospitales de la Comunitat Valenciana, que eran exactamente iguales que las del Hospital Provincial de Castellón entre el 2005 y el 2015.

Hay que tener la cara como el feldespato para denunciar como delito aquello que es práctica habitual, no ya en todas las administraciones públicas, sino especialmente en la que la ínclita Montón gestiona. Perdón, gestiona no; porque como a ella le gusta decir, no ha venido aquí a gestionar, sino a hacer política.

Pero donde se demostró la catadura moral del personaje fue en el consejo de gobierno del Hospital del pasado mes de julio, donde pasaron la friolera de 12,8 millones de euros que la consellera Montón se ha gastado en facturas no presupuestadas en el 2016. O sea en el primer presupuesto que la nueva administración sanitaria socialista elabora para el Hospital Provincial, se ha gastado fuera de contrato y de forma irregular, la respetable cifra de casi trece millones de euros, cuatro veces más de lo que la señora Montón llevó a la Fiscalía.

Lo que hace un año era un pufo; lo que hace un año era un «fraude»; lo que hace un año algún diputado socialista decía «se lo han llevado crudo»; ahora como un boomerang le explota en la cara a la responsable de la sanidad de todos los valencianos.

Pero lamentablemente el humo de las cortinas no ha sido suficiente ni para tapar los despidos del Hospital, ni los recortes en los servicios, ni el aumento exponencial de las listas de espera, ni la caída de la actividad quirúrgica en más de un 30%, ni la fuga de talento de los profesionales del Hospital, que ante el desmantelamiento y deterioro de la calidad asistencial que está sufriendo su centro de trabajo han decidido cambiar de aires.

¿Hasta cuándo Ximo Puig permitirá que los castellonenses soportemos este auténtico pufo que es la gestión sanitaria de la administración Montón?

*Vicepresidente de la Diputación Provincial de Castellón