Ojo porque quienes vienen como elefantes por cacharrería cargándose todo lo anterior y alardeando de nuevas y buenas maneras están pasando sólo de puntillas por los problemas reales que afectan a nuestros vecinos.

El cinismo es tal que pretenden que comulguemos con ruedas de molino, llevando al descaro más absoluto y la máxima expresión conductas anteriormente denostadas y criticadas.

Ahora aparecen cargos a dedo como setas -que le pregunten al Molt Honorable- y los problemas se amontonan sobre papeles cargados de buenas intenciones, pero ni acciones ni aportaciones económicas para poder solucionar o mejorar nada.

La Generalitat pretende que matemos mosquitos con folletos, abramos centros de salud sin refuerzos en el personal sanitario, promovamos el cuidado del medioambiente sin destinar recursos ni para la gestión ni para la dirección de parques naturales y creemos riqueza a través del incentivo a los sectores productivos, como el turismo, creando nuevos productos a los que se niegan a aportar ni un solo euro. Llegan dando lecciones pero de acciones van escasos y es que no hay nada como tener las responsabilidades de gobernar para recibir una buena cura de humildad. Los toros desde la barrera se ven estupendamente, pero hay que tener valentía y sentido de la responsabilidad para gobernar. H

*Alcalde de Peñíscola