El sábado escuché unas declaraciones realizadas por EH Bildu y más concretamente de Arnaldo Otegui respecto a la muerte en prisión del etarra Igor González Sola . Emitieron un comunicado en el que acusaban al Estado de Violencia, sin esperar a conocer los resultados de la autopsia, y hablan de convivencia. En una línea similar se posicionó Sare, la red de apoyo a presos de ETA, que ha dicho que «los queremos en casa y, sobre todo, los queremos vivos».

Este tipo de declaraciones atentan contra la dignidad de las víctimas de verdad y sus familias, las que fueron asesinadas, secuestradas o torturadas por defender la democracia y el marco constitucional y no compartir la ideología de la izquierda Abertzale.

Precisamente, los asesinos que apretaban el gatillo o ponían bombas, o sus necesarios colaboradores, que sembraron el terror durante décadas no pueden hablar de convivencia mientras ellos o sus sucesores directos no condenen el terrorismo de ETA, pidan perdón y reconozcan que la banda terrorista fue una aberración que nunca debió haber actuado como actuó. Dicen, los que asesinaban, que los quieren vivos. ¿Acaso no querrían tener vivos a los suyos los familiares y amigos de tantos policías, guardias civiles, militares, políticos y otros inocentes, casi 1.000, que asesinaron? Estas declaraciones no se pueden tolerar y son un atentado a la dignidad democrática y de las víctimas del terrorismo y sus familiares, que los constitucionalistas no hemos de consentir.

La paz y reconciliación debe pasar necesariamente por pedir perdón por parte de ETA y condenar todos los actos terroristas llevados a cabo, por no tolerar actos de homenaje a los asesinos, y recordar siempre el honor y dignidad de las víctimas. H

*Alcalde de Nules