Malos tiempos para la salud. España está conmocionada por el covid-19, que ha saltado de Italia a nuestro país en un abrir y cerrar de ojos. En pocos días se han multiplicado los casos confirmados y no dejan de crecer, mientras se han agotado mascarillas y geles para la higiene de las manos. Pero nada ni nadie puede frenar la expansión del coronavirus. A pesar de que llevábamos semanas preparándonos para este momento.

Lo mismo ocurre con los independentistas catalanistas y sus secuaces. Mientras los españoles estamos acostumbrándonos a intentar mantener la calma sin dejar de mirar de reojo a quien estornuda a nuestro lado, resulta que otro virus, no menos grave pero en este caso para la democracia de nuestro país, se está expandiendo sin freno, saltando las fronteras de las cuatro provincias catalanas para impactar de lleno en el corazón del Gobierno de España: la Moncloa.

A pesar de todas las advertencias, Pedro Sánchez es de los que recibe en la sede del Ejecutivo español a un golpista al que rinde honores de líder gubernamental. Da igual si el presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, está inhabilitado judicialmente. Da igual si en la comitiva está un imputado por estar acusado de ser el artífice de la consulta soberanista. Da igual si los representantes de la deriva territorial catalana no se arrepienten de nada e insultan una y otra vez a las instituciones democráticas y, con ello, al conjunto de los ciudadanos. Todo vale con tal de seguir legitimando un Gobierno de España que está enfermo, perdiendo defensas constantemente, y que se niega a aplicar el antídoto que tiene, el de la legalidad y el de la defensa de la Constitución, para poder sanarse.

¿Qué ejemplo da Pedro Sánchez al conjunto de los españoles? ¿Qué mensaje se lanza, el de que la ley es distinta según la conveniencia del Gobierno de turno? Los socialistas creen gozar de buena salud en su estrategia del todo vale. Pero las enfermedades, si no se remedian, pueden llegar ser irreversibles. Para algunas no hay antídoto. Y el quimtorravirus es, desde luego, de las más fatídicas. Solo con el jarabe democrático del Partido Popular, a través de las urnas, se pondrá el cordón sanitario necesario para evitar la pandemia. Y es que la experiencia me dice que es mejor prevenir que curar.

*Alcalde de Sant Joan de Moró y diputado provincial del PP