A nadie se le escapa que hay cosas características de enero: desmontar el árbol de Navidad, volver a guardar el Belén (quien lo monte), los dulces afianzados en el frigorífico al lado de los yogures light que compramos el día 7 para calmar la conciencia, la vuelta al cole… y por supuesto, las rebajas.

Esto es lo que le ocurre al más simple de los mortales, que hay que esperar a las rebajas para conseguir ofertas. No hablo por supuesto de los privilegiados, como los Sánchez Pérez-Castejón, que viven en un perpetuo estado de rebajas.

Y es que no ha habido ningún presidente en este país que nos haya salido tan barato. 84 diputados le han bastando para ostentar el cargo, bueno, barato entre comillas, si tenemos en cuenta que ha vendido España a los radicales y separatistas, a los que quieren romper este país, a los que odian todo lo somos.

Es el presidente que más privilegios ha ostentado, vamos que ha okupado la Moncloa en plan «todo incluido», con su paquete vacacional y todo. Además es un chico listo. Mientras a los españoles nos sube el impuesto del diésel o la cuota de los autónomos, él encuentra chollos, como su viaje desde Madrid al FIB, con su mujer y colegas, en el avión presidencial, por 282 euros. No sé yo si las compañías de bajo coste pueden competir con estos precios, pero es evidente que o los españoles somos muy tontos, o nos toma el pelo de forma descarada. Y es que con estos precios es normal que vuele tanto, hoy en Lanzarote, mañana en la boda del cuñado… es un no parar.

Ahora ha amenazado con nuevas rebajas. El presidente ha anunciado que este viernes quiere aprobar en Consejo de Ministros su proyecto de Presupuestos del Estado para este año.

Barato no nos va a salir, es evidente que va a hacer concesiones a la izquierda más radical, en lugar de reducir la deuda pública, cumplir el déficit y bajar impuestos. En lugar de adelantar las elecciones, como le están pidiendo los españoles, pactar con la izquierda podemita es subir los impuestos 6.000 millones de euros. También habrá que pagar a los catalanes. Sánchez está pactando con Torra una consulta de autodeterminación contraria a la Constitución, todo por la pasta.

Es lo que hay, parece broma, pero la cosa es más seria de lo que parece. Es que no nos jugamos los caprichos de un niño consentido, lo que nos jugamos es nuestro futuro, como sociedad, y nuestra desaparición como país.

*Secretaria general PPCS