Desde que sufrimos la pandemia, cada día es un reto. Un reto para la salud, para las familias, para las empresas… Un desafío mayúsculo también para las administraciones públicas, que deben responder a una crisis inédita dirigiendo los recursos a la reconstrucción social y económica. Y en ese escenario los ayuntamientos tienen un papel fundamental en la recuperación de las ciudades. La cercanía de las administraciones locales hace que sean la primera puerta a la que llaman los vecinos y vecinas para encontrar respuestas a sus problemas.

Por ello, esta semana, convocados por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, los representantes de los municipios y provincias de la Comunitat Valenciana nos reunimos en torno a una mesa de diálogo para abordar la reconstrucción social y económica. Entablamos formalmente un debate interinstitucional sobre la premisa de la cogobernanza entre el Gobierno central, la Generalitat y los ayuntamientos, necesaria para dar una respuesta global ante la crisis y tomar decisiones conjuntas en la desescalada.

En ese foro he planteado algunas cuestiones que creo fundamentales. Por un lado, resulta básico seguir reforzando el sistema público de salud. La sanidad es un bien que debemos proteger y toda inversión en la mejora de la asistencia sanitaria es una garantía de futuro para nuestra sociedad. En esta línea, he solicitado que se estudien las infraestructuras hospitalarias y sanitarias necesarias para que el Departamento de Salud de Castelló cumpla los parámetros de los recursos asistenciales que recomienda la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

En el plano económico, debemos impulsar la transición ecológica y digital en los planes de reconstrucción. Hay que priorizar las inversiones en los sectores que generen empleo de calidad y crecimiento sostenible. Y todo ello, sin dejar de prestar atención a nuestros sectores productivos: es necesaria una estrategia de relanzamiento del azulejo, el turismo y la citricultura --no olvidemos el campo en la reconstrucción--.

En este camino, debemos tener a Europa como aliada y Castelló juega con ventaja en este terreno por estar a la cabeza en el ámbito estatal en gestión de fondos europeos. El Ayuntamiento se ha convertido en los últimos años en tractor de inversiones europeas que han hecho de Castelló una ciudad más amable, sostenible e inclusiva y debemos seguir aprovechando cada oportunidad de mejora que nos brinde Bruselas.

Para afrontar el desafío, es necesario también abordar una reivindicación compartida desde el municipalismo: los ayuntamientos necesitamos una mejor financiación, autonomía en la gestión de los superávit y remanentes y flexibilizar la regla de gasto. Desde los municipios hemos reivindicado ampliamente la financiación autonómica, pero la administración local también necesita recursos suficientes para prestar servicios públicos de calidad, especialmente en una situación como esta, y en este sentido debemos abordar también el catálogo de competencias propias.

La crisis social y económica derivada de la pandemia obliga a fijar objetivos ambiciosos en la reconstrucción para que nadie, absolutamente nadie, quede atrás.

*Alcaldesa de Castelló