Querido lector:

Las fiestas son siempre un escenario ideal para proyectar las ideologías, las creencias, los debates existenciales de la colectividad festera e incluso la razón de ser de cada uno o postular sus postureos... si es el caso. Y la Magdalena 2016 no puede ser menos y así lo intentan algunos, aunque a decir verdad con poco éxito en la verdadera fiesta, la de la calle, que pasa de debates cíclicos con las fechas, de debates religiosos en la Romeria, de los existenciales con la identidad misma de la Magdalena y... de todo aquello que signifique polemizar y no divertirse.

Si está habiendo algún comentario colectivo una vez discurridos los primeros días de fiestas es esencialmente sobre el tiempo, como no podía ser de otra manera, ya que las bajas temperaturas y sobre todo el viento ha dificultado el normal desarrollo de las mismas y ha afectado a cada uno y una de los/las castellonenses en su vivencia particular en collas, gaiatas, actos populares, toros, mascletaes, mesones, carpas... Por lo demás, me remito a las palabras prácticas de Juanvi Bellido, el nuevo presidente de la Junta de Festes, que repite allá por donde va como un mantra al asegurar que a pesar de los problemas con el tiempo que ha dificultado algunos actos e incluso ha aplazado el Pregó infantil, las fiestas, a pesar del poco tiempo para organizarlas, están transcurriendo perfectamente.

Y por ahora así es, digan lo que digan los que intentan sacar de donde no hay. Y que sea así es un éxito de todos, principalmente de vecinos y visitantes y después de Junta, Ayuntamiento y servicios municipales y policiales, que abrumadoramente pasan de debates estériles y se dedican a lo que se deben dedicar en fiestas. Los primeros a disfrutar y los segundos a organizar, supervisar y hacer que sean posibles con la mejor convivencia ciudadana.

A partir de ahora el tiempo climatológico va a mejorar y las polémicas serán más difíciles. Y el gran debate al final deberá ser la experiencia vivida en las actuales fiestas para, cara a las próximas, ponerse a trabajar para mejorarlas en lo que sea posible. Y como siempre, teniendo en cuenta que Magdalena es tradición y también evolución.