Mañana los torreblanquinos escogerán en las urnas cuál es el presente y futuro que quieren para su municipio. Decidirán el camino por el que deberá caminar Torreblanca los próximos cuatro años. Y lo harán, no me cabe la menor duda, con total acierto y conscientes de que este domingo nos jugamos qué queremos ser y cómo queremos serlo.

Pero eso ya llegará mañana y la libertad con la que nuestros vecinos escogerán opción política es la mejor garantía posible de éxito para nuestro pueblo.

Hoy es momento para la reflexión. Momento para dejar atrás la vorágine política que nos ha atrapado a todos tras una intensa campaña electoral (más bien dos contando los comicios autonómicos y nacionales) y hacer del sosiego, la calma y el análisis nuestra mejor herramienta para, ya mañana, obrar en consecuencia.

EN MI CASO, como podéis imaginar, tengo muy clara con que papeleta acudiré mañana a las urnas. Por eso hoy, más que una jornada de reflexión, es para mí un día muy largo para revisar lo hecho hasta la fecha y darle vueltas a la cabeza, muchas vueltas, pensando si habré sido capaz de trasladarles mi proyecto de ilusión y pasión por Torreblanca a los vecinos.

También es día para disfrutar de los míos tras semanas dedicada casi en exclusividad a la campaña electoral y, por ende, a la política y a mi pueblo. Por eso quiero dar las gracias infinitas a mi familia por su paciencia y por entender que quiero volcarme en el servicio público para devolverle a Torreblanca lo muchísimo que ella siempre me ha dado.

Gracias también a ese gran equipo que torreblanquinos anónimos que han decidido acompañarme en esta aventura y poner al servicio de sus vecinos su talento, trabajo y dedicación plena.

Por eso, hoy es día de reflexión para casi todos pero no para mí. Hoy para mí es día de cargar las pilas, dar las gracias y esperar con cierta inquietud, como no puede ser de otro modo, que los colegios electorales abran mañana sus puertas.

*Candidata del Partido Popular a la alcaldía de Torreblanca