Existen en Francia empresas que se dedican a comprar o alquilar châteaus (castillos franceses o suizos) para rehabilitarlos y después poder utilizarlos como hoteles o centros de reunión para grandes multinacionales.

Naturalmente un importante apoyo para este negocio son las ayudas y subvenciones que puedan obtener de las administraciones y las facilidades que estas puedan dar a la empresa inversora a la hora de obtener los permisos necesarios para acometer la rehabilitación.

Imagínense ustedes que, con el patrimonio histórico que tenemos en la Comunitat Valenciana, estos inversores pidan los correspondientes permisos administrativos para invertir en la rehabilitación de nuestro patrimonio, o mejor que pidan subvenciones y ayudas (¡Ay que risa!).

Tenemos un patrimonio histórico inmobiliario impresionante, pero muy deteriorado.

Los nuevos dirigentes políticos nos han prometido que la rehabilitación va a ser la nueva economía de la construcción y, por lo tanto, será apoyada desde los poderes públicos.

Pero desgraciadamente no hay un céntimo en las arcas de la Generalitat Valenciana, por lo tanto solo podrán hacer estas políticas los ayuntamientos que tengan saneadas sus arcas. Que no son demasiados.

Por lo tanto, solo nos cabe una posibilidad para competir con el resto de España y Europa: cambiar los trámites administrativos para permitir una rehabilitación ágil. H

*Abogado. Urbanista.