Y ya llegó. De nuevo la actividad política y la gran máquina de la Administración vuelven a su ritmo después de un paréntesis que ha mantenido en un compás de espera algunos de los temas que deben ser atendidos a la mayor brevedad posible.

La situación migratoria que sufren los países de la UE y, en especial España, deben recibir una atención preferencial por parte de nuestro Gobierno, si bien es cierto que ya se han ido tomando medidas conforme la situación se ha agravado, especialmente con los asaltos a las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla. Una cosa es ser comprensivos y tolerantes y otra mantenerse quietos ante una acción de fuerza como ha ocurrido recientemente con asaltos organizados por mafias, en el territorio marroquí. El resultado ha sido la decisión tomada por el ministerio del Interior de devolver, de inmediato, a los asaltantes a Marruecos.

Por otra parte, es inquietante ver cómo países como Austria, Hungría e Italia han solicitado a Bruselas la militarización de sus fronteras para frenar la entrada de migrantes. El Parlamento Europeo no lo ve con buenos ojos y dudo que se llegue a aceptar. Estas naciones no darán facilidades para acoger a aquellas personas que ya están en Europa.

En Alemania, Angela Merkel se encuentra ante una opinión dividida de sus ciudadanos. Aunque el Gobierno alemán trata de llevar a cabo una política de aceptación dentro de unos límites, ya se han producido los primeros brotes xenófobos, llevados a cabo por grupos de extrema derecha y nazis. Los alemanes saben, por experiencia, que una política de desamparo para los desarraigados no conduce a nada bueno.

Urge llegar a un acuerdo entre los países miembros de la UE para establecer una política conjunta y efectiva frente a este problema.

*Secretaría Área de Políticas Sociales y LGTBI PSPV-PSOE Castellón