Hermanos: desde hace unos pocos meses, y ahora en plena pandemia del coronavirus más, habréis escuchado un palabro de esos que se inventan los políticos de vez en cuando para bombardearnos con ideas que les interesan.

Esa palabra es resiliencia que en neurología define la capacidad que tenemos los humanos para superar experiencias traumáticas. Pero yo me pregunto si somos capaces todos juntos de ser resilientes cuando va y resulta que un porcentaje alto de nuestra sociedad son unos descerebrados que, por ideología política, por falta de neuronas operativas, por conspiranoia MiguelBoseística o por excesiva juventud consideran que esto del covid-19 no va en serio. Y si no se lo creen tenemos un problema bastante grave para superar el trauma sanitario, económico y social en el que estamos metidos.

La crisis ha destapado las grandes debilidades de las áreas urbanas, en las que se concentra el 90% de la población afectada por el coronavirus. Y, a mayor población mayor porcentaje de descerebrados. Incluso entre sus dirigentes más mediáticos.

Está claro que los jueces no son médicos ni científicos y defienden los derechos tan importantes como nuestro derecho a la libre circulación. Pero ¿de verdad que este derecho está por encima del derecho a la salud?

A veces, con la anulación de las restricciones impuestas por los diferentes gobiernos por los Tribunales Superiores de Justicia, da la impresión de que algunos jueces forman parte de ese grupo que dificulta la resiliencia colectiva. Sobre todo, porque se limitan a anular medidas sin dar soluciones alternativas. Permitiendo con ello que miles de descerebrados se desparramen por todo el territorio español. Así no hay resiliencia posible. H

*Urbanista