Tiempos difíciles. Difíciles porque es evidente que estamos ante un cambio de paradigma en las relaciones internacionales, en las relaciones norte-sur, en las necesidades frente al cambio político y donde la mal llamada --a mi juicio-- sociedad de la información, puesto que yo la llamaría sociedad de la opinión masiva, hace más complicado saber qué es verdad y qué es mentira cada día.

Ahora, cuando parecía que nuestro país iba sacando la cabeza de la grave crisis financiera y económica que hemos sufrido surge la crisis con Cataluña, regando los miles de asuntos importantes e imprescindibles que tienen las administraciones públicas y los gobernantes que se ven obligados a dejar cuestiones importantes en segundo, tercer o cuarto plano.

Un cambio de ciclo, con tremendas dificultades para adaptarnos a al nuevo escenario en el que vivimos, cambiante por segundos, y con la aceleración todavía mayor ocasionada por el desarrollo de las nuevas tecnologías, que impiden la reflexión, el sosiego y la toma de decisiones en las relaciones humanas desde el sentido común, a veces el menos común de los sentidos.

Como dice un anuncio de una importante compañía telefónica en televisión, que creo que lo clava. Empieza un señor mayor hablarle a un auditorio y dice: soy becario, ante las risas del público, que lo considera un chiste. Y tras poner varios ejemplos de nuestra inexperiencia con las nuevas tecnologías, acaba entre aplausos diciendo: todos somos absolutos aprendices de un mundo mejor. Y es que sí, estamos intentando vivir en un nuevo ecosistema, adaptar nuestra biología al mismo, pero esta vez a diferencia de lo que hemos hecho hace miles de años, no con el paso del tiempo y las leyes de la selección natural, pues las normas y reglas hoy son otras.

Y si esto no es suficiente, intentar desde los humilde recursos siempre escasos del ámbito local, desde los ayuntamientos, ayudar en la medida de lo posible a nuestros ciudadanos a adaptarse a este mundo cambiante y tan exigente, en Vila-real todavía lo tenemos más difícil.

Y es que la herencia asfixiante que estamos viviendo por la irresponsabilidad de los gobiernos del PP en nuestra ciudad, nos lastra la capacidad de tomar decisiones y ayudar más a las personas y generar oportunidades de forma histórica.

Estas semanas, mientras asisto con perplejidad a esa realidad que describía anteriormente, pasamos horas y horas que deberíamos estar dedicando a mejorar la vida de la gente en el presente a gestionar el horrible pasado que nos han dejado con los desastres del urbanismo del PP.

En breve, por la irresponsabilidad de algunos, tendré que anunciar la renuncia a proyectos, actividades y acciones que teníamos previstas porque las resoluciones de los jueces contra las ilegalidades del PP de Vila-real nos obligan a destinar el dinero que teníamos previsto para esto en pagar el negro pasado del anterior equipo de gobierno. Pese a esto, actuaremos siempre con responsabilidad y evitando poner en riesgo el presente y el futuro de nuestra ciudad, como siempre hemos hecho desde que llegamos al gobierno en 2011. Porque con esfuerzo y trabajo estoy seguro que juntos saldremos de esta.

*Alcalde de Vila-real