Si empiezo diciendo que el covid-19 nos ha cambiado la vida, y que está golpeando duramente amplios sectores de nuestra sociedad, no os estaré descubriendo nada nuevo. Algunos de los pilares sectoriales del mundo del trabajo y la economía, están siendo sacudidos en nuestro País por la pandemia y sus consecuencias.

Enumerar a quienes han visto empeorar sus condiciones de vida y trabajo, durante esta emergencia social, sería suficiente de per se, para cumplimentar esta tribuna. Pero quería centrarme en los y las jóvenes, concretamente en una generación que en términos generales nunca ha conocido la estabilidad social, laboral ni económica.

El 12 de agosto se celebraba el Día Internacional de la Juventud. Desde CCOO venimos denunciando el incremento del paro en este colectivo - el 59% de los nuevos parados en el último año son personas menores de 30 años, aun cuando este grupo de edad sólo representaba el 14% de la población activa - Esta circunstancia no puede ser asumible por nuestra sociedad. Es totalmente incompatible con el desarrollo justo y sostenible que perseguimos, y un futuro con mejores expectativas sociales y laborales.

La situación de los nacidos entre 1985 y el 2000, los llamados milenials, ya era precaria antes del covid-19. Golpeados por políticas antisociales desde hace años, esta nueva crisis hace que la proyección de nuestra generación de oro sea incierta y nada halagüeña.

La contratación a tiempo parcial, los bajos salarios, el abuso de la temporalidad, el empleo sumergido, los falsos autónomos o falsos becarios, el riesgo de pobreza, o la exclusión social, son algunas de las amenazas que desdibujan el futuro laboral de nuestros jóvenes, y amenazan gravemente la construcción de sus proyectos de vida.

Aquí en nuestro territorio, Ana Belen Montero, secretaria de Juventud de CCOO PV, denunciaba en rueda de prensa que la tasa de paro de las personas menores de 25 años se coloca 10 puntos por encima respecto a los datos del primer trimestre de 2020, situándose en un 40,3%, según la EPA. En el caso de las mujeres, el porcentaje sube 5 puntos por encima del de los hombres.

Montero aportaba datos recopilados por el Consejo de la Juventud de España, donde se refleja que tan solo el 19% de la población menor de 30 años ha logrado emanciparse en el País Valencià.

Jóvenes CCOO exige un rescate social más ambicioso, que impida que una generación entera se quede atrás. En ese sentido, Jóvenes CCOO exige al Gobierno que combata el fraude de los falsos autónomos, así como el de las prácticas no laborales.

Nuestros jóvenes exigen también, que el refuerzo de la Garantía Juvenil sea aprovechado por el Gobierno para reorientar los criterios de un plan hasta ahora fallido, exigencia que comparto de manera incontestable.

Para que las personas jóvenes puedan componer sus propios proyectos vitales con condiciones dignas y adecuadas, hace falta apostar con fuerza por aquellos que suponen nuestro relevo generacional, y son el futuro de nuestra sociedad. En poco tiempo quienes conforman esta castigada generación, se deberían convertir en conductoras y garantes de nuestro devenir común. Es de justicia ofrecerles las mejores condiciones para su tránsito hacia esa etapa de responsabilidad.

Quiero aprovechar esta tribuna, para expresar mi apoyo y dar traslado a las justas exigencias de los jóvenes de CCOO, ofreciéndoles cómo no, mi compromiso personal y sindical. No sé si esta humilde aportación les pueda allanar algo el camino, pero si el conjunto de la sociedad apuesta por el futuro, deberíamos diseñar, juntamente con ellos y ellas, el escenario donde se puedan desarrollar libremente, y donde sus proyectos de vida dejen de ser una utopía. H

*Miembro de la Comisión Ejecutiva de CCOO Comarques del Nord