Ayer mismo, en este diario, el vicepresidente de la Diputación Vicente Sales --por cierto concejal de la capital, como el presidente, Javier Moliner-- me dedicaba un artículo que titulaba La verdad prevalece. Les confieso que llegué a emocionarme cuando, a las 7.15 h, abrí el periódico que tan amablemente me cede cada mañana una señora muy simpática con la que suelo comentar las noticias en la cafetería.

Me habían contado que Sales era otra cosa, que representaba a ese nuevo PP del que tanto se llenan la boca. Mi sorpresa fue mayúscula. Yo que esperaba que explicara que le repugnan las tramas de corrupción que su partido ha tejido en nuestra tierra, lo de tener a su presidente Carlos Fabra en la cárcel, al vicepresidente y alcalde de Vall d’Alba y el exalcalde de Borriol en el banquillo, al vicepresidente y teniente de alcalde de Vila-real Ramón Tomás investigado junto al exalcalde Rubert, al diputado y exalcalde de la Vall procesado… eran el ejemplo de que la verdad prevalece. La verdad es que todos estos personajes aplaudidos por el partido de Sales y Moliner (concejales de Castellón), sumados a las más de 15 causas por corrupción en la Comunitat, representan la etapa de sinvergonzonería, saqueo y ruina más negra que hemos vivido los valencianos. Esta es la verdad que prevalece. Las denuncias del PSOE han destapado una cantidad de porquería que, por desgracia, no es más que el principio de los efectos de la pesadilla de 20 años de régimen del PP. Qué desilusión, de esa verdad no hablaba Sales. El concejal de Castellón se dedicaba a atacarme con dureza, metiéndose con alucinaciones en la vida de mi partido.

Durante años de régimen popular, como en el cuento del rey desnudo, han intentado hacer creer que entienden la Diputación como un instrumento de progreso. Aquellos a quienes el régimen favorecía, llegaban, aplaudían, felicitaban al rey por el traje. Pero la verdad prevalece: el icono de ese traje inexistente duerme en la cárcel y sus discípulos intentan aprovechar la institución para salvar a un partido del que la mayoría ya no se cree nada. La verdad prevalece y mientras se llenan la boca con los pueblos, pudiendo elegir como vicepresidente primero a alguien de un pueblo pequeño, Moliner elige a Sales, de la capital. Les importan tres pepinos los pueblos y menos si no gobierna su partido; lo importante es usar la Diputación para promocionar a Sales, pues el gobierno de progreso en Castellón, con la alcaldesa Amparo Marco al frente, ha supuesto ilusión, esperanza y futuro.

Señor Sales, cuantos más ataques personales me dirija, más ánimo me dará para luchar por cambiar el modelo de Diputación partidista, arbitraria, poco social e ineficaz que han secuestrado para sus intereses. Estoy con usted: la verdad prevalece y ya somos mayoría quienes no dudan que el rey está desnudo. H

*Alcalde de Vila-real y portavoz socialista en la Diputación