Roberto Bautista (Castellón, 14-4-1988), la gran promesa del tenis español, podía ser ahora uno de los futbolistas más destacados de la cantera del Villarreal. A los 12 años tomó una difícil decisión: dejar el fútbol para dedicarse por entero al tenis. Y eso que con el balón también destacaba especialmente. Desde los 5 años, edad a la que su abuelo Joaquín le llevó por primera vez al Club de Tenis Castellón, compaginó ambos deportes. Su entrenador, Jorge Bellés, le convenció para que se dedicara sólo al tenis y no le ha ido mal. Su currículo, a su edad, supera al de Ferrero.

Rober sigue siendo el chico que disfruta en su pueblo, Benlloch, con uno de sus mejores amigos: su caballo. Su timidez hace posible que se sonroje cuando le piden un autógrafo. El tiempo libre lo reparte estudiando en el Francisco Ribalta en horario nocturno... y durmiendo. El domingo, al levantar la Copa Davis júnior, volvió a acordarse de su abuelo que falleció hace dos años, atropellado por un coche en una calle de Castellón. "Cuánto hubiese disfrutado", debió pensar Rober.