Zapatero proyectó las desalinizadoras en la provincia con objeto de anular el trasvase del Ebro por decreto en el 2004, siendo ésta una exigencia del Gobierno central a través del Programa Agua. Sin embargo, las dos desaladoras calificadas por Narbona como inversión de futuro para el desarrollo de la zona costera han resultado un fiasco económico.

Estas infraestructuras, ineficientes y con sobrecostes, fueron apoyadas por alcaldes tanto del PP como del PSOE. En Benicàssim, el convenio fue ratificado por el socialista Francesc Colomer, que en el 2008 hipotecó las arcas municipales a razón de un millón de euros anual durante 25 años. En Orpesa hizo lo propio el actual alcalde del PP, Rafael Albert, y, en Cabanes, su homólogo popular Artemi Ciurana. Ambos mostraron su apoyo al desarrollo de la macrourbanización Mundo Ilusión, el campo de Golf y el conflictivo PAI Torre la Sal, tachados por los vecinos como proyectos especuladores y destructores del territorio.

En Moncofa, el socialista José Vicente Isach también firmó, absorto en la ilusión del crecimiento inmobiliario que le llevó a crear unos PAIs sobredimensionados, con consecuencias judiciales y dejando el consistorio en muy mala situación financiera. Igualmente, en Xilxes, el popular Martínez Mus cedió al convenio de desaladoras sin pensar en la estabilidad presupuestaria.

Tampoco Rajoy desde Madrid fue capaz de solucionarlo y solo alargó los plazos. Ahora, el Gobierno del marketing plantea convenios transitorios a través de Acuamed, imposibles de asumir para los municipios y poder así esconder su fiasco. Pero, desde Cs nos pondremos del lado de los municipios para renegociar las condiciones, pedir responsabilidades y tratar de que esta ruina no acabe ahogando a los castellonenses.

*Diputada de Ciudadanos en el Congreso por la provincia de Castellón