Querido/ lector/a, siempre he sido partidario de los debates electorales porque ayudan a conocer las propuestas de los candidatos y los partidos y a votar desde el conocimiento. Pero, esta vez me acerqué a los debates con el voto decidido. Quería un gobierno que aumentara las pensiones, el permiso de paternidad, las becas, el salario mínimo, etc., y eso es lo que estaba haciendo Pedro Sánchez en este corto tiempo. Además, lo de la derecha en la campaña y en los debates, es lo de siempre: cambia el mundo, el valor del dinero, el clima, el concepto de lo moral, etc., pero ellos desde el cinismo siguen repitiendo que desregular el mercado laboral y bajar los impuestos a los ricos genera empleo. Mientras tanto la realidad denuncia que esas desgraciadas políticas solo sirven para recortar el gasto social, debilitar o anular el papel protector del Estado y seguir fomentando la desigualdad (los más ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres). Tan cierto que en el último informe de la ONG Intermon Oxfam se advierte de que España es el país de la UE que en los últimos años (mandato de Rajoy, del PP) que más ha crecido la desigualdad y, entre el 2016 y el 2017, el 1% más rico capturó el 40% de la riqueza creada, y el 50% más pobre solo el 7%. Y si lo dicho no fuera suficiente, en otro tema esencial como el de Cataluña, que afecta a la organización territorial y reclama altura de miras, visión de Estado, dialogo, acuerdos, etc, esa misma derecha lo aborda desde la confrontación y el beneficio partidista momentáneo. Peor imposible.

Querido/a lector/a, los debates confirmaron lo que pensaba, que los líderes de la derecha se comportaron como saltimbanquis, como cómicos sobreactuando que buscaban liderar toda la derecha y el respaldo de banqueros y grandes empresarios que, al fin y al cabo, son los que los nombran y los reconocen. Por desgracia toda esta gente no innova nada. Me quedo con Pedro.

*Analista político