Imagínense por un momento que por diferentes circunstancias tienen que fiar el futuro de su trabajo en manos ajenas con todo lo que ello conlleva. Todo después de haber alcanzado esa responsabilidad atentando contra la opinión mayoritaria que le rodea. Todo después de prometer responsabilidad en su nueva empresa y nuevos aires en su rumbo… Ahora imaginen que a quien fíen su confianza tendrá la potestad de decidir no solo sobre aquello que tanto ha ansiado dirigir sino que su voz, sus decisiones, serán la que marcarán el presente y futuro que, en un principio, usted tenía que escoger. ¿Difícil elección, verdad? Confiar el todo a una carta se antoja una tarea harta difícil sin embargo no tengo la menor duda de que hay una decisión que nadie tomaría; otorgar ese poder a quien ha manifestado en reiteradas ocasiones su intención inequívoca de acabar con su futuro. Y es que a todos nos resultaría irracional, al mismo tiempo que negligente, que un pirómano cuidara de nuestros bosques, ¿a qué sí?

Pues resulta que al genio del doctor Sánchez se le ha ocurrido la genial idea de que para negociar los nuevos Presupuestos Generales del Estado, esos que deben regir el devenir de España, las personas más adecuadas son dos pirómanos. O más bien dicho, un neocomunista que presume de Venezuela y alguien que quiere resquebrajar España.

Ya resulta humillante para todo el país que vayamos camino de convertirnos en la primera nación democrática que ve como sus presupuestos se negocian entre rejas. Esa es la Marca España que el Gobierno okupa del PSOE parece empeñada en vender.

Una suerte de broma de mal gusto a la que si le sumas a Iglesias y Junqueras te da un escenario de película de Berlanga y una triste realidad que va camino de empobrecer nuestro presente y oscurecer esos logros alcanzados en los últimos años con tanto sacrificio y políticas acertadas. Porque los españoles no merecemos que la última palabra de nuestros presupuestos recaiga sobre un político preso que quiere acabar con la unidad de España. Tampoco merecemos que el PSOE otorgue el futuro del país a aquellos que han atentado contra nuestra Constitución, la ley y la unidad de nuestra nación.

Porque todos sabemos que un pirómano no puede cuidar el bosque y aquel que lo escoge para hacerlo y le da una cerilla encendida es igual de incendiario o incluso más. Por eso, Sánchez, un consejo; haz lo que mejor sabes, sáltate el protocolo y deshaz lo hecho. Ah, y de paso, convoca elecciones como prometiste.

*Presidente NNGG