La consellera de Sanitat nos ha sorprendido recientemente con su intención de cerrar el banco de sangre de Castellón y situar a los municipios del norte de la provincia a una distancia de 150 kilómetros del banco de sangre de Valencia. Una decisión que convierte a nuestros vecinos en ciudadanos de segunda respecto a los de otras zonas de la Comunitata. La política en materia de sanidad es una tarea difícil pero, precisamente, ha de ser el área que más compromiso y menos racanería ha de sumar por parte de los encargados de gestionar nuestros recursos porque de decisiones como esta pueda depender la vida de alguno de nuestros vecinos.

El Ayuntamiento de Alcalà-Alcossebre ha trabajado con firmeza estos años para mejorar la atención sanitaria con acciones como la compra e instalación de desfibriladores; la recuperación de la ambulancia o la mejora del centro médico de Alcossebre. Mientras desde el Ayuntamiento trabajamos en estas mejoras, desde la Conselleria solo nos plantean dudas sobre cuestiones relacionadas con la puesta en marcha de recursos sanitarios. Nuestros vecinos se preguntan qué pasará con la Unidad de Hospitalización Domiciliaria o la construcción del nuevo centro de salud de Alcalà. Por nuestra parte, la Generalitat encontrará toda la lealtad institucional posible para no paralizar estos proyectos pero exigimos que nuestros ciudadanos reciban el mismo trato que los del resto de la Comunitat. H

*Alcalde de Alcalà-Alcossebre