En España, siempre ha existido el eterno debate sobre nuestro sistema sanitario. Nadie duda de que en comparación con los países de nuestro entorno somos afortunados porque tenemos una sanidad pública y ¿de calidad?

Lanzo esta pregunta porque en los últimos años hemos visto como esta ha ido cayendo en picado por la mala gestión. De hecho, la sensación de hastío entre usuarios y facultativos es cada vez mayor. El aumento de pólizas privadas es una realidad. 98.000 en la provincia de Castellón en el 2018. Un síntoma a tener en cuenta.

Las listas de espera crecen y crecen en la Comunitat y el personal no da abasto. Las urgencias y la atención primaria están colapsadas. Muchos ambulatorios cerrados por falta de médicos, mientras otros soportan cupos insostenibles. Igualmente, quienes están pendientes de una operación tendrán que esperar 13 días más de media para la intervención al haberse incrementado la lista de espera.

Por el contrario, en Andalucía, donde Cs gobierna, se ha logrado reducir las listas de espera en casi 6.200 personas. Una reducción del 4% en 7 meses. ¿Por qué en la Comunitat no ocurre? ¿Por qué el gobierno de las personas es incapaz de rescatar a las personas?

Para empezar porque sus prioridades son otras. Sus prioridades pasan por enchufar a amiguetes en el chiringuito de Les Corts para así preservar el equilibrio del Botànic. El aumento récord de altos cargos nos va a costar cuatro millones más de sueldos a todos los valencianos. Cuatro millones que bien podrían destinarse a reducir dichas listas de espera y mejorar la sanidad.

Pero no, ustedes tendrán que seguir haciendo colas en urgencias, esperar meses para que les atienda su traumatólogo o, si es facultativo, soportar cupos de hasta 1.500 pacientes.

Este no es el único problema. La tasa de interinidad supera con creces la legal y la última convocatoria de concurso oposición es del año 2016 y aún se está resolviendo. Un año más tarde y debido a esta alta tasa de reposición, la UE nos obligó a convocar otras oposiciones que, sin embargo, nunca se han realizado.

Por ello, las bajas de médicos raramente se cubren y nos encontramos con la situación de que se sumen meses y meses sin jefes de departamentos o especialistas en los hospitales y centros de salud.

Además, las malas condiciones laborales están provocando una fuga de talentos hacia la privada u otros países por parte de nuestros facultativos. Hay que cuidar a quien nos cuida y esta premisa tan básica la está incumpliendo Conselleria.

Una Conselleria que recordemos ha dinamitado el prestigio de un centro de referencia como es el Hospital Provincial. Un Hospital Provincial que ha pasado de acumular titulares por su liderazgo oncológico a hacerlo por sus escándalos, gracias sobre todo a la ya exconsellera Carmen Montón y a la disputa entre administraciones.

Urge, así, ponerse a trabajar por un cambio en el modelo de gestión. Un cambio que no sea ir de Guatemala a Guatepeor. Un cambio en el que la sanidad sea una prioridad y no una opción. Un cambio en el que se cuide y se respete a los profesionales para que los pacientes gocen de la mejor calidad posible. Un cambio en que la sanidad no dependa del DNI del paciente. Una sanidad pública y de calidad.

*Portavoz de Cs en la Diputación