Todavía sin la digestión realizada de las recientes elecciones autonómicas y nacionales, los ciudadanos encaramos a un nuevo proceso electoral el próximo 26 de mayo. Para muchos es una nueva oportunidad, para otro es la continuación, pero de lo que no cabe duda es que se trata de un nuevo proceso electoral que por marca de partido pudiera ser una segunda vuelta, pero por el contenido tiene una identidad propia.

La elección del alcalde y el futuro gobierno local tiene sin duda un tinte de cercanía que no lo tienen unas elecciones nacionales o incluso las autonómicas. El arraigo territorial, el conocimiento exacto de las necesidades de los municipios y la cercanía, son sin duda la bazas a jugar en las próximas elecciones de mayo. Los malos resultados cosechados por el Partido Popular en las nacionales, e incluso en las autonómicas, no deben ser extrapolables a las elecciones municipales, precisamente por ser las personas y sus proyectos un peso superior a las marcas, situación que no se produce en las generales. Es cierto que para el PP, con un fuerte arraigo en el territorio, unas elecciones municipales y autonómicas juntas hubieran dado un resultado distinto. Esto nunca se podrá saber, pero losprecedentes ahí están. La digestión pesada de las elecciones generales y autonómicas nos hace tener presente algunas cuestiones, en mi modesta opinión.

Primero.- Puig se jugó el puesto al unir autonómicas y generales, y le salió ha salido bien. Por 4.200 votos puede ser presidente. Esa es la diferencia entre lograr diputados en Les Corts el bloque de izquierda y el de centro-derecha. Ajustado pero acertó.

Segundo.- El Partido Popular solo tiene que mirar su crecimiento en el centro. Los virajes a la derecha pretendiendo ser aquello que no se es, no dan resultados.

Tercero.- Puig ha logrado aprovecharse de Compromís y la debilidad de Podemos. Algo que igual en el futuro Consell se lo pueden hacer pagar.

Cuarto.- La fragmentación del centro-derecha ha favorecido a Puig y Sánchez. El divide y vencerás ha tenido un resultado positivo para el PSOE.

Quinto.- La excesiva focalización en Vox, por un lado al grito del voto del miedo por parte de la izquierda, y por otro las comparaciones por parte del PP, han movilizado a un electorado de izquierdas que de otra forma no se hubiera motivado.

Estas conclusiones precipitadas, y posiblemente erróneas para una mayoría, es cierto que no tienen que tener su encaje idéntico en las próximas municipales. El grado de asentamiento del PP en los 135 municipios de la provincia de Castellón, donde ya se tiene 5 alcaldes; la defensa a ultranza de lo que significa nuestra provincia y nuestros municipios, y la cercanía de nuestros candidatos en el día a día de los vecinos, deben ser un aval para lograr un buen resultado para el PP, pero sobre todo un buen resultado a favor de la provincia de Castellón.

No se trata de una segunda vuelta, se trata de iniciar un proceso en el que los vecinos decidan quién quiere que les gobierne los próximos cuatro años, y para qué. De eso van las elecciones del 26 de mayo, y la provincia de Castellón tiene mucho que decir.

*Diputado electo del PP en Les Corts