La semana pasada se jugaba el primer duelo de cuartos de final de la liga de futbol sala entre el Peñíscola RehabMedic y el Inter Movistar. Mediada la segunda mitad, y con un 1-2 en el marcador, los locales dispusieron de una ocasión muy propicia para el empate, pues el delantero del Peñíscola Josiko se quedaba solo delante del portero. Resulta que, en la jugada previa, Ricardinho, jugador del Inter Movistar, había caído lesionado y, a pesar de que sus propios compañeros continuaron la jugada, sí lo hizo el Peñíscola renunciando a un mano a mano clarísimo. El resultado final fue de 2-3 a favor del Inter, aunque podría decirse que el verdadero ganador fue el juego limpio. ¿Debió acabar Josiko la jugada al no haberlo hecho los compañeros de Ricardinho? La verdad es que hizo lo correcto. Fue un acto que hace que sigamos creyendo en el género humano, pues ser íntegro y honesto debe de ser una obligación.

La palabra integridad se deriva del latín integer, que significa íntegro. Integridad es la capacidad de obrar con rectitud y limpieza, actuando en todo momento bajo un compromiso personal, con honestidad y franqueza, intentando hacer siempre lo correcto. Uno de los secretos para ser feliz es ser congruente, esto es, mantener una relación lógica y coherente entre nuestras ideas y nuestros actos. Algo que, aunque en principio puede resultar obvio, a menudo es una fuente de conflictos internos. H

*Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)