Con frecuencia nos preguntamos si es lo mismo ser listo o inteligente. Resumiendo, podríamos decir que el listo es aquel que suele evitar meterse en líos y el inteligente sería aquel que si se ha metido, sabe salir. El listo suele ser una persona rápida, intuitiva y sagaz. Debida a esa perspicacia suele estar atento a lo que sucede, canalizando bien la información. Es el triunfo de la inmediatez, la visión más corta de la jugada. Tiene más información que cultura. El inteligente suele llamar la atención por su capacidad mental siendo el que tiene más conocimientos acerca de un área concreta. Es más teórico, analista y estratégico, lo que acompañado de una visión más amplía, es un gran generador de ideas. Al ser más reflexivo, es la visión larga de la jugada. Es resolutivo porque sabe que hacer en cada momento … y lo hace. Tiene más cultura que información. A pesar de que de manera universal, se asume que un sujeto es muy inteligente cuando se muestra más ágil de lo normal al momento de dar resolución a un problema, la Psicología presenta a la inteligencia como un fenómeno mucho más amplio por lo que, en lugar de hablar de inteligencia, sería más exacto hablar de inteligencias.

La Teoría de las Inteligencias de Gardner describe ocho tipos de inteligencias separadas entre sí: lógica, lingüística, espacial, musical, corporal, interpersonal, intrapersonal y naturalista. Gardner advirtió que la inteligencia académica (obtención de un meritorio expediente) no es decisivo para conocer la inteligencia de una persona. Un buen ejemplo de esta idea se observa en personas que, a pesar de obtener excelentes calificaciones académicas, presentan problemas para relacionarse con los demás. Por último, no podemos olvidar la Teoría de la inteligencia emocional de Daniel Goleman, en la cual se habla de los atributos que comprenden el reconocimiento y externalización de las emociones, con el fin de saberlas manejar. H

*Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)