Hace una semana me reuní en la comarca del Baix Maestrat con diversos colectivos y personas, entre los que estaban las y los usuarios del servicio de diálisis de ese territorio. Fue una reunión provechosa, pero a la vez preocupante, puesto que la realidad que viven los enfermos renales crónicos no está para alegrarse.

Todas sabemos que tener una enfermedad crónica es algo con lo que las personas que lo sufren han de aprender a convivir. La enfermedad renal crónica (ERC) es un problema de salud pública, cuya manifestación más grave es la insuficiencia renal crónica terminal (IRCT) subsidiaria de tratamiento sustitutivo mediante diálisis o trasplante renal. Un número importante de personas se ven afectadas por la ERC en España y con el envejecimiento de la población, el número crece, llegando a ser aproximadamente 400.000 personas enfermas.

CADA AÑO, alrededor de 700 valencianos y valencianas con enfermedad renal llegan a necesitar uno de los tres tipos de tratamiento sustitutivo renal: hemodiálisis, diálisis peritoneal o trasplante renal. Es muy importante que la atención sanitaria sea de calidad y que se dé en los tiempos adecuados, ya que esto redundará en la mejora de la calidad de vida de las y los enfermos, además de reducir las complicaciones médicas y muchas veces la muerte. También evita o retarda la exigencia del tratamiento sustitutivo renal.

Hace más de un año, desde nuestro grupo parlamentario, en la IX Legislatura de Les Corts, presentamos una proposición no de ley sobre la asistencia sanitaria a enfermos renales crónicos, porque vimos necesario mejorar la atención a las y los usuarios del servicio, además de potenciar la atención sanitaria pública.

Sabemos que el Servicio Valenciano de Salud tiene departamentos de salud sin unidades de nefrología, lo cual es una muestra de la inequidad existente en la atención sanitaria. Como ejemplo, el que señala la asociación de personas enfermas renales crónicas del Baix Maestrat: el departamento de salud de Vinaròs está a 70 km. del centro de referencia de nefrología, en Castelló. El Hospital Comarcal de Vinaròs no dispone de unidad de nefrología y ante cualquier incidencia o alguna urgencia que ocurriera, los pacientes atendidos en el centro de hemodiálisis de esa comarca deben dirigirse al Hospital General Universitario de Castellón a muchos kilómetros. Se trata de la mayor distancia entre un centro de hemodiálisis y su hospital de referencia en toda la Comunitat Valenciana. Pero no solo estos enfermos han de desplazarse a Castelló, también los familiares y otros pacientes que requieran hospitalización por patología nefrológica. Una serie de inequidades, una tras otra, que estamos seguras iremos eliminando.

Por otra parte, el 90% de las personas que son asistidas vía el tratamiento de diálisis en Castellón son tratadas en centros privados. Y la ciudadanía y los profesionales sanitarios quieren que la atención sanitaria sea pública, quieren equidad con los otros departamentos de salud.

La Asociación Apfercom Nord Castelló, con la que me reuní, usuaria del servicio de diálisis, me recordó que uno de los puntos de la resolución de aquella iniciativa parlamentaria, que trabajó nuestro apreciado exdiputado Daniel Geffner, proponía dotar al Departamento de Salud de Vinaròs de sección de nefrología y de un centro público de diálisis, cierto. También es cierto que, en septiembre de 2018, la consellera de Sanitat informó en sede parlamentaria que estamos en ello.

El firme propósito desde nuestro grupo parlamentario Unides Podem ha sido y será trabajar por la recuperación de la alta tecnología privatizada en aquellos años donde prevalecía el interés de unos pocos, frente a los derechos de la ciudadanía. También porque la sección de nefrología y el centro público de diálisis en Vinaròs sean realidad. Voluntad política.

*Diputada autonómica de Unides Podem por Castellón