Querido/a lector/a, estos días, ayer, hoy, día tras día, en diferentes medios están apareciendo personas que denuncian que de jóvenes sufrieron abusos sexuales por religiosos de la iglesia católica española ¡Cierto! ¡Ahí están las pruebas! Pero, está semana, me ha llamado la atención un rótulo que iba más allá de los cotidianos titulares que hablan de la pederastia en la iglesia católica. Me refiero a que he visto que un importante periódico de tirada en el conjunto del Estado, con línea editorial sensata y de amplio prestigio y venta reconocida, viene imprimiendo en sus hojas y bajo el epígrafe de «abusos sexuales en la iglesia», el siguiente titular: «Si conoce algún caso de abuso sexual contacte con nosotros en abusos@.....es». El mismo rotativo garantiza que los datos personales serán tratados de acuerdo con Ley de Protección de Datos.

El asunto se explica en un par de cuestiones: ¿por qué se denuncia ahora y no antes? Tal vez porque en la España de ayer, del nacionalcatolicismo como identidad evidente del franquismo, donde la iglesia católica tenía hegemonía exclusiva en lo religioso y más allá, este tipo de acusaciones no solo no tenían futuro sino que podían crearle un problema al denunciante. En última instancia se cambiaba al peligroso depredador a otro pueblo y el tema se olvidaba. Pero, para entender exactamente lo que está pasando ahora, hace falta algo más, es necesario preguntarse: ¿Por qué un periódico tiene que hacer una campaña de estas características? Posiblemente porque parece que la Conferencia Episcopal, la Iglesia, aún no da la justicia que se merecen las víctimas, aún no trata este crimen como Dios y la razón del hombre mandan, llevando al juzgado y apartando de la comunión colectiva a quien no permite que la iglesia sea un espacio seguro de paz y de amor. De ahí que cabe la posibilidad de que un periódico se atreva a decir: si sabe algo, dígamelo para que no caiga en el silencio.

*Analista político