Es imprescindible que aquellos que concurren a unas elecciones lo hagan estando dispuestos a informar de que posicionamientos adoptarán, en el supuesto de ser elegidos, respecto a aquellos temas que, a día de hoy, ya sabemos se darán en la próxima legislatura.

Y ello que no es más que dar muestra de la mínima transparencia exigible a cualquier aspirante a cargo público, es aquello a lo que se niega Sánchez. Quien al rehuir el debate con Casado muestra su debilidad, evidenciando que lo visualiza, no como una oportunidad de dar a conocer sus propuestas, sino como el instrumento a través del cual se mostrarían sus carencias.

Y no tan solo no quiere debatir, ni siquiera expone públicamente su verdadera postura ante los indultos a los probables condenados a consecuencia de los actos, acaecidos en Cataluña, en torno a la declaración unilateral de independencia.

Absurdo es el planteamiento de los dirigentes del PSOE que, más preocupados de esconder sus intenciones que de explicarlas, justifican la ocultación de su postura con la excusa de no querer hablar de indultos puesto que todavía no han sido condenados.

Y si criticable es la ocultación de su verdadero posicionamiento, más lo es que lo hagan subestimando la inteligencia del conjunto de los españoles. Siendo evidente que la condena previa es imprescindible para conceder el indulto, pero no para explicar si, en el supuesto de que los acusados fueran condenados, se mostrarían favorables a conceder indultos. Algo tan elemental como esto pone de relieve la pleitesía que el PSOE rinde a los independentistas en detrimento del resto de españoles, a los que no solo no nos dice la verdad, sino lo que es peor, nos la oculta con tan peregrinos argumentos.

*Portavoz del PP en Vinaròs