Durante semanas, muchos han puesto al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, como ejemplo de un posible pacto de gobierno que alejara del Gobierno español a la derecha más reaccionaria e ideológica, a los responsables de los recortes sociales más salvajes que ha vivido nunca este país, a un partido acorralado por la corrupción y los desmanes. El modelo de gobierno a la valenciana ha sido el espejo en el que muchos nos hemos mirado para, con una combinación u otra, recuperar la dignidad para las instituciones y para los españoles.

Tenemos que entender los nuevos tiempos que vivimos. Lo que nos están pidiendo los ciudadanos es diálogo y acuerdo, que trabajemos por dar respuesta a los problemas reales de la gente. El mejor ejemplo de esta nueva época de diálogo y entendimiento lo tenemos en nuestra propia casa, en Vila-real, la única ciudad mayor de 50.000 habitantes de la Comunitat con mayoría absoluta, que además es socialista y en la que gobernamos junto a Compromís porque compartimos el proyecto que emprendimos juntos en el 2011.

Hace mucho que venimos defendiendo que el Senado debe ser una cámara de representación territorial en una España plural, en un proyecto común de este gran país que es España. Si a eso añadimos que coincidimos con Compromís y Podemos en Valencia en los debates que se avecinan en ese mismo Senado, como son la infrafinanciación autonómica, la infrainversión histórica de esta tierra o el modelo territorial, un Acord Valencià al Senado para las elecciones del 26 de junio, con Compromís y Podem, podría suponer que la voluntad real de los ciudadanos se viera reflejada en la Cámara Alta. Evitaríamos, de esta manera, lo ocurrido en la Diputación de Castellón, donde, pese a que el PP tan solo gobierna sobre 200.000 habitantes de la provincia y cuenta apenas con un cuarto del voto de los ciudadanos, tiene mayoría absoluta en la corporación provincial.

El Partido Socialista Obrero Español somos un único partido. Por eso, evidentemente, el PSPV aceptaremos la decisión democrática de nuestro partido en Madrid, pero no podemos dejar de decir lo que creemos que es más conveniente para los intereses de los valencianos, que lo es también para la España plural en la que creemos. Sin embargo, mientras en el Congreso y en Madrid la distancia que nos separa ahora de Podemos, con un Pablo Iglesias que ha hecho imposible sacar al PP de la corrupción y los recortes del Gobierno, hace imposible llegar a este entendimiento, en el caso de la Comunitat y el Senado puede ser una oportunidad que no deberíamos desaprovechar. H

*Alcalde de Vila-real