Esta es la declaración que dimos los 33 concejales de Ciudadanos a los vecinos de la provincia de Castellón hace ya más de una semana. Un compromiso de cuatro años que en Orpesa, Castellnovo y Benicàssim será decisivo hasta al menos el año 2023.

Nuestra condición de centrocampistas nos ha permitido dirigir y repartir juego siempre buscando el bien para el equipo y dejando a un lado las individualidades. No nos interesan los cargos ni los sillones que tanta vergüenza ajena y aumento de gasto público han provocado a los valencianos gracias a los rifirrafes públicos del Botànic II o los ultimátums de Oscar a la Mejor Película del Acord del Fadrell.

Unos ultimátums que, por cierto, parecen repetirse en las negociaciones por el gobierno de la Diputación. El PSPV, según parecer ser, vende cara la vicepresidencia a Compromís, pero la única realidad es que se va a acabar vendiendo una vez más a los nacionalistas como lo ha hecho en los últimos tiempos y como lo viene haciendo a su vez su jefe, Pedro Sánchez, desde la Moncloa, en Madrid.

EN CIUDADANOS, en cambio, le tendemos la mano a los socialistas como opción moderada y de centro para dar estabilidad y abrir una nueva etapa en la provincia. 24 años de Gobierno del mismo partido, el PP, es demasiado tiempo. Hacen falta cambios y un proyecto que relance a la provincia en todos los sentidos. Aire nuevo que no se vea contaminado por populismos ni nacionalismos.

La Diputación debe ser una institución útil en la que los 135 municipios la sientan como su propia casa y no solo la de unos pocos. La percepción de estas administraciones continúa siendo negativa puesto que muchos ciudadanos las consideran agencias de colocación y chiringuitos que solo sirven para engordar y multiplicar cargos sin mejorarse en la vida práctica su día a día.

Por ello, es nuestra obligación convertirla en una institución efectiva mientras viva. Es decir, tenemos que trabajar porque dé una respuesta real a los servicios y necesidades de los 135, por igual, sin excepciones, ya que todos y cada uno de nuestros municipios contribuyen a hacer una provincia mejor.

REPRESENTAR a todos los castellonenses será para mí un honor, junto a mi compañero, Domingo Vicent, hacer del diálogo de máximos y no de mínimos nuestra bandera durante esta legislatura. Trabajaremos por una Diputación abierta y cercana, que conozca las demandas de cada rincón y que actúe en consecuencia sin malgastar ni un euro pero tampoco sin ahorrarlo más de lo debido. Queremos una provincia de todos y para todos sin mirar el color de quien lo dirija en cada ayuntamiento. Esperamos una provincia en que las sinergias entre las administraciones socialistas sean una ventaja y no una excusa para escurrir el bulto o seguir mirando hacia otro lado.

Todo esto teniendo presente que nos enfrentamos a grandes retos. El primero y principal, una provincia que se muere lentamente por la pérdida de población. Y es que la mayoría de nuestros municipios se encuentran en la UCI por la dejadez política a todos los niveles.

*Concejala de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Benicàssim y portavoz en la Diputación