Después de las dobles convocatorias electorales que con un mes de diferencia hemos vivido todos los valencianos, viene la parte más difícil de asimilar: los pactos.

El ciudadano cuando vota expresa libremente una preferencia, una simpatía partidista o una opción de gobierno de futuro, según se mire. Esta última opción seria la más deseable dado que, al menos a priori, aquello que se votó se perpetua durante los próximos 4 años. Sin embargo hoy en día hablar de mayorías es tremendamente difícil, no imposible como se ha podido ver, pero en el plano autonómico la dificultad aumenta por la diversidad y fuerza de los partidos que concurren.

El PSPV de Puig se la jugó con el adelanto electoral y hacer coincidir su destino, con el otrora destronado Sánchez, que hoy brilla y da esplendor. Pero lo cierto es que la cuentas por el adelanto electoral, sin la aquiescencia de sus socios, ya se están cobrando. 12, 14 hasta 15 sillones han sonado para engrosar el número de consellerias que debe completar la arquitectura del gobierno valenciano. La subasta sigue en pie, y el espectáculo no puede ser más decepcionante. Después de ser la lista más votada, el PSPV de Puig ha iniciado un mercadeo que vamos a pagar todos los valencianos durante los próximos 4 años. No da igual ni el numero de Consellerias ni el número de altos cargos, por cuanto esa factura la pagamos todos, a mayor gloria del president Puig. Pero, si sorprendente es lo del PSPV, no menos sorprendente es la actitud de Compromís, que dentro del mercadeo habla de que quién más generoso han sido ellos. ¿De verdad? ¿Generosos? Debe ser que los sueldos de consellers y altos cargos los van a pagar ellos, ya que de lo contrario no se entiende esa generosidad pagada por el contribuyente.

Después de mes y medio desde las elecciones autonómicas, nada se sabe qué van a hacer para reducir las lista de espera en sanidad, de las listas de dependencia, de los colegios prometidos o del empleo, solo sabemos que las consellerias van a subi, los cargos también, y que donde caben dos caben tres, y que eso lo vamos a pagar entre todos a mayor gloria de PSOE, Compromis y Unidas Podemos. La izquierda vuelve hacer aquello que sabe, gastar nuestro dinero para crear cargos. Luego vendrá aquello de que estamos mal financiados, de que hay que subir impuestos y que en lugar de pagar a 30 días se paga a 65 y en algún caso a 300 días. Como se ve, hay dinero según para qué y para quién, pero lo único claro es que sus negociaciones, y los apaños partidistas de la izquierda, los acaban pagando todos los valencianos. Desde el primero hasta el último.

No se trata de políticas al servicios de las personas, se trata de personas al servicio de los políticos que para cuadrar sus ansias y parcelas de poder no tienen más límite que el de los impuestos de todos los valencianos. Esta es una negociación de sillas y sillones, las personas son la calderilla, total hasta dentro de 4 años no tienen que votar, deben pensar, pero de momento la administración bien cargada, cuantos más cargos mejor, y si falta algo se añade, que Puig tiene que ser president, Oltra debe lucir y Podemos tiene que aparentar que pinta algo. Preparen la cartera que esta fiesta la pagamos todos.

*Diputado autonómico del PP