Algo pasa con los macroconciertos valencianos que parece no funcionar y provocan debates muy agrios entre los partidarios del derecho a la tranquilidad y el descanso y aquellos que consideran que estos tienen muy poca paciencia y que solo son tres o cuatro días, primando el derecho al libre mercado y generar economías beneficiosas para nuestras tierras a través de los centenares de miles de Arenal Sounders y Marenostrumers que quieren venir a Borriana y a Alboraya a escuchar buena música y pasárselo bien en la playa.

Los kilos de paciencia se los coge cada uno a su libre albedrío y, por lo tanto, el vecino que considera que no se está cumpliendo la ley y se están perjudicando sus derechos fundamentales, tiene el legítimo derecho a acudir a la justicia. Y, cuando eso ocurre, es la justicia quien fija los límites de acuerdo con la ley.

Así, vamos a ver qué es lo que pasará con el Arenal Sound, que tiene de los nervios a mis hijos, y ya hemos visto lo que ha pasado con el Marenostrum de Alboraya, que se ha cancelado a muy pocos días de su celebración.

Para haber conciertos, previamente debe haber orden. Una planificación a cargo de las consellerias competentes en la regulación de los espectáculos públicos y el territorio, y los ayuntamientos de los términos municipales en los que se quieren celebrar estos eventos que, por cierto, son muy beneficiosos para nuestro turismo. H

*Abogado. Urbanista