El día en que vi actuar a los Red Hot Chili Peppers pensé en lo privilegiados que somos de vivir en una provincia como la de Castellón donde pasan tantas cosas buenas. Un provincia donde se celebran los mejores festivales de España, las mejores pruebas deportivas, donde tenemos un interior espectacular y una costa que es la envidia de toda Europa. En definitiva, tenemos una provincia que te la comerías de arriba abajo.

Pero tengo otro recuerdo, el cutre, lo anecdótico, lo nimio y lo inexistente, pero este recuerdo no tiene que ver con nuestra tierra, tiene que ver con algunos políticos, los viejóvenes de izquierdas. Y es que cuando finalizó el concierto de los Red Hot, una cámara del grupo comenzó a enfocar a chicas, que cuando veían su imagen en las pantallas decidían si se levantaban o no la camiseta. Este hecho, como digo anecdótico, sirvió de excusa para que partidos como Compromís presentaran mociones defendiendo a las mujeres, pidiendo puntos violetas en los festivales para que nos sintamos protegidas, indignados por esta actitud machista y degradante.

Últimamente las mujeres estamos siendo objeto de un creciente interés de todo el mundo en protegernos. Deben vernos como dulces damiselas necesitadas de tutela, como débiles florecillas a la espera de cuidados. Ha llegado un punto en que nos han de decir cuando podemos quitarnos la camiseta.

No es lo mismo quitársela en un concierto de un festival internacional, donde lo que prima es el consumo, el capitalismo y la globalización, a ir con las tetas al aire para protestar contra cualquier cosa que tenga que ver el patriarcado del Estado opresor y feminicida. Vamos, con todo, desde que en el Belén aparezca el niño Jesús, las princesas Disney, las canciones infantiles... y así podría seguir hasta hartarme.

O sea, que a las mujeres nos dicen cuando está permitido enseñar las tetas y cuando no, normalmente esto depende de la ideología, claro.

SIN EMBARGO, no pasa lo mismo con los chicos, que pueden enseñar lo que les entre en gana. Esto ocurrió en Castellón, hace pocos días, durante la actuación de un grupo pagado por el PSOE y Compromís, en la misma plaza del Ayuntamiento, uno de sus componentes, se gira hacia el público, y con total tranquilidad se baja los pantalones y les enseña su hermoso, redondo y flamante culo. Dirán ustedes que han salido políticos o asociaciones a pedir que se proteja a este buen mozo por mostrar sus partes coaccionado por la presión del público. Pues no. Aquí nadie ha dicho ni mu. Y digo yo, ¿son los partidos de izquierdas los que van a decidir cuando podemos las mujeres enseñar las tetas?

*Secretaria general PPCS