Aunque apriete el calor y a la espera de los días tormentosos, yo me levanto cada mañana con la ilusión de vislumbrar allá al fondo el humo de los barcos, mientras me ocupo en ir construyendo torres y castillos de arena a la orilla del mar. Y algo me ocurre con el saludo de los paseantes de turno por esta orilla de la Almadraba, que me obliga a recordar la última Feria del Libro de Castellón, donde, con el patrocinio de Alejandría Ediciones, he presentado mi último libro, titulado esta vez como Personas y Costumbres de Castellón, donde en sus páginas están mis homenajes al guitarrista Manuel Babiloni, al ingeniero Pepe Prades y otros de mis amigos como Alvar y Joaquín Pitarch, la saga de los Viciano, los boleros de Manolo Portolés, Terófilo Sanfeliu y otros varios, tan conocidos y queridos en Castellón, incluida Concha Alós, pero hay también un personaje tan significado como Pierre François André Méchain, por el que mucho me han preguntado en entrevistas de radio y televisión, a las que he sido convocado.

Y está en el libro motivado por el hecho de que, hace unos meses, le rinde homenaje un grupo escultórico en el Paseo de Ribalta. Y es que el insigne geógrafo y astrónomo Pierre Méchain, murió en Castellón en 1804, cuando era vecino de todos nosotros. Había nacido en la capital francesa de Laon, ciudad amurallada de marcado sabor medieval, el 16 de agosto de 1744, hijo de un notable arquitecto, y que se vio obligado a estudiar física y matemáticas para seguir la carrera de su padre, aunque algunos problemillas familiares le obligaron a incorporarse como asistente hidrográfico del departamento de mapas y gráficos de la Marina Francesa, en Versalles. Sus buenas dotes para el aprendizaje le llevaron al mundo de los observatorios y se convirtió en un especialista en catalogación de estrellas, ¡qué trabajo más hermoso! Y llegó a convertirse en un destacado astrónomo, que ya en 1774 supo observar la ocultación de la Luna de una de las más brillantes estrellas del cielo. Otro aspecto que le dio fama y prestigio como científico fue el haber descubierto once cometas a los que dio nombre y veintiséis objetos del conocido como Cielo Profundo. Y, con ello, claro, acabó siendo el astrónomo titular del Observatorio de París.

Avanzado el tiempo, Méchain colaboró en 1787 con los Cassini y Legendre en fijar la medida precisa de longitud entre París y Greenwich, acciones que se centraron en el observatorio astronómico de Slugh, en Inglaterra. Este capítulo constituye un epígrafe de especial relevancia en astronomía, la Observación. Por aquel entonces, Méchain publicó su libro capital: Base del sistema métrico decimal, empleando las singulares expresiones de un astrónomo en acción. Me refiero a esfera celeste, firmamento, constelación, galaxia, nebulosa, vía láctea, hemisferio austral… Y es que estoy refiriéndome a la ciencia de los astros, que no está al alcance de cualquiera… Hay que convertirse en un especialista.

¡Qué cosas se me ocurren mientras, junto con Lorenzo, busco cada día el humo de los barcos! H