Si tiene sensibilidad de izquierdas seguro que no votará al PP, a Ciudadanos ni a Vox. Pero sepa que si se abstiene, les está votando. La gente de derecha lo sabe y por eso algunos han impulsado la indigna campaña que, suplantando identidades, pide la abstención de izquierdas con carteles en los que usan fraudulentamente las imágenes de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

Por segunda vez se repiten elecciones generales como consecuencia de que el parlamento no ha sido capaz de elegir presidente del gobierno, algo que produce hartazgo porque supone que lo votado no vale y hay que repetirlo. Repetir elecciones no había pasado hasta 2016 y jamás debería pasar. El sistema electoral debería garantizar que con la votación de los ciudadanos, el parlamento elige presidente. Eso es lo que sucede en los más de 8.000 ayuntamientos en los que, sea cual sea la composición del pleno, siempre se elige alcalde o alcaldesa. También es lo que sucede en algunas autonomías como País Vasco o Asturias en la elección de sus presidentes autonómicos. En estos casos no hay nadie que pueda bloquear la elección de la persona que estará al frente de los gobiernos municipales o autonómicos. Sin embargo, en el parlamento español sí que se puede bloquear y hay formaciones que prefieren hacerlo a facilitar que haya gobierno.

Durante casi 40 años no ha hecho falta repetir elecciones porque, o bien un partido tenía mayoría absoluta, o bien pactaba para conseguirla con nacionalistas catalanes o vascos que eran los únicos que podían bloquear la elección.

Sin embargo, ahora son muchos más los que tienen capacidad de bloqueo para elegir presidente, como consecuencia de la fragmentación del parlamento al irrumpir nuevos partidos (Unidas Podemos, Ciudadanos, Vox, Navarra Suma, Compromís, EH Bildu, Partido Regionalista de Cantabria). Por si eran pocos, a estas elecciones las encuestas asignan representación a otros dos: Más País y la CUP. Demasiados con capacidad de bloqueo como para que no acabe bloqueada la elección de presidente.

Lo hemos visto en las pasadas elecciones. Con su voto Unidas Podemos bloqueó que hubiera un gobierno progresista, por cuarta vez en cuatro años, a pesar de ofrecerles tres ministerios y una vicepresidencia.

Con su abstención Ciudadanos hubiera permitido la investidura de Pedro Sánchez, pero prefirió bloquearla. El gran giro a la derecha que hizo Ciudadanos impidió facilitar la investidura de Pedro Sánchez mientras que cuatro años antes, cuando eran socialdemócratas, firmó un pacto de investidura. La insensatez que cometió Albert Rivera la reconoce al rectificar en esta campaña, pero si lo hubiera pensado unas semanas antes nos hubiéramos evitado ir a las urnas.

Pablo Casado no facilitó la abstención del PP porque tras la hecatombe electoral sufrida pensaba que en una nueva cita solo tenía a ganar. El PP se llenó la boca hace cuatro años de pedir responsabilidad al PSOE para que con su abstención permitiera que España tuviera gobierno, de Mariano Rajoy. Ahora que tenía que ejercer esa responsabilidad que reclamaba, puso los intereses de partido por delante de los del país por un mero cálculo de ganancia de votos ante una nueva cita electoral.

Por supuesto, el PSOE podría haber hecho las cosas de otra forma para conseguir formar un buen gobierno, pero creo que, dadas las circunstancias, el resultado hubiese sido el mismo. Lo que tenía fácil Pedro Sánchez era ser presidente con un gobierno nefasto para el país habiendo aceptado todas las imposiciones de Pablo Iglesias, que derivaban en gobierno bicéfalo, y asumiendo que no le votaran en contra algunos independentistas catalanes. Afortunadamente Pedro Sánchez demostró que no quiere ser presidente a cualquier precio y eso le honra.

¿Cuál será el resultado de las elecciones del 10N? El que decidan los ciudadanos con su voto y con su abstención. Quizá llame la atención que las abstenciones decidan, pero es así. Si usted duda entre votar a un partido o abstenerse, el voto que no emite a favor de ese partido, que es su opción más cercana, puede decirse que se distribuye entre los demás, incluso entre aquellos a los que jamás votaría. Eso es así porque el reparto de escaños se hace dependiendo única y exclusivamente del porcentaje de votos de cada candidatura. Por tanto, si no se emite un voto a favor de un partido y se opta por abstenerse, como consecuencia se eleva el porcentaje de voto de las demás. Por consiguiente quien no vota a su opción más cercana y se abstiene, está votando por las opciones más alejadas de sus ideas, incluso por las que le parecen detestables. Si todo el mundo tuviera claro eso, probablemente la abstención sería muchísimo menor y el resultado se ajustaría más a lo que realmente desea la ciudadanía.

Yo también estoy indignado por tener que votar otra vez, pero lo haré, y lo haré votando nuevamente a Pedro Sánchez. Ojalá lo hagan quienes le votaron en abril y muchos más. Esa es la garantía de desbloqueo.

Votaré a Pedro Sánchez porque ha demostrado gran sensibilidad social con los acuerdos tomados como presidente. También porque, por primera vez, los presupuestos del Estado que presentó asignaban a la Comunitat Valenciana las inversiones que nos corresponden por nuestro porcentaje de población. Eso hubiera significado puestos de trabajo y oportunidades para el futuro.

Lo votaré porque Pedro Sánchez ha demostrado ser un presidente que cumple con éxito sus compromisos, como ha sucedido con uno con el que nadie se había atrevido: ha conseguido sacar a Franco de su mausoleo en el Valle de los Caídos, a pesar de todos los obstáculos puestos en el camino.

Votaré a Pedro Sánchez porque presenta un ambicioso programa electoral para conseguir empleo digno y pensiones justas, para luchar por la igualdad y contra todo tipo de desigualdad, para luchar contra la emergencia climática y por la transición ecológica, para conseguir avance tecnológico y transformación digital, para fortalecer el Estado autonómico y la máxima cohesión social y por un mayor protagonismo de España en Europa.

Votaré a Pedro Sánchez porque es el único candidato que puede resolver el conflicto catalán. No será fácil, no será rápido, pero es el único que puede conseguirlo.

Y por último, lo votaré porque es la garantía de desbloqueo y de que no habrá unas terceras elecciones. Cuantos más escaños obtenga el PSOE, menos capacidad de bloqueo de los demás.

*Presidente de la Autoridad Portuaria de Castelló