Querido/a lector/a, en una cuenta de Internet había un Wahtsapp con la fotografía de la página de un periódico y, en el pie, otro Whatsapp que decía: «no todo esta perdido en USA para la izquierda».

La página de periódico era un reportaje que explicaba el torbellino que esta provocando en la política estadounidense la congresista demócrata de 29 años, Alejandría Ocasio-Cortez. Alguien que si bien es cierto que hasta hace un año trabajaba detrás de la barra de un restaurante, no es menos cierto que es una mujer que ha estudiado economía y relaciones laborales en la Universidad de Boston. Pero, la cuestión es que ahora, no solo presenta propuestas de interés social en la Cámara de Representantes, sino que está consiguiendo colocar el socialismo y a la izquierda en el corazón del debate político. De momento, como sus reflexiones y propuestas huelen a ciudadanía se ha convertido en un fenómeno de masas con millones de seguidores en las redes. Tanto que los de la cúpula del Partido Demócrata la miran con cierta desconfianza (no les gustas que los desplacen hacia la izquierda), pero con respeto y, los otros, los republicanos, temen que alguna de sus ilusiones relacionadas con el bien común y la justicia social se transforme en ley.

La verdad es que en la posguerra la izquierda norteamericana no se desarrollo en el sentido europeo. Posiblemente fue ahogada al vincularla con el bloque soviético, el comunismo, el enemigo de la patria y del capitalismo, etc. Hoy, lejos de la guerra fría son muchos los que en nombre del socialismo y de la izquierda, se enfrentan al stablishment, se presentan en nombre del socialismo y de la izquierda en las listas del partido demócrata o exigen una agenda que habla de justicia económica, social, racial y medioambiental. Y es que socialismo, izquierda, sanidad universal, impuestos para los ricos, etc, ya no son palabras o ideas pintorescas, radicales o extremistas.

*Analista político