Querido/a lector/a, confieso que nunca he ido al FIB a ver alguna de las actuaciones y tomarme unas birras con mis colegas. No obstante, con mi amigo Luismi solía ir a jugar el partido de fútbol que durante esos días se organizaba (no sé si aún seguirá) entre artistas y periodistas.

Pero superada esta pequeña añoranza, si les hablo del FIB es porque al finalizar la actual edición he leído con alegría y gusto la crítica constructiva, reflexión o propuesta, llámalo como quieras, que los socialistas de Benicàssim le han dirigido a la alcaldesa Susana Marqués. Digo con ello que lejos de una actitud descalificadora y oportunista, valoran positivamente la celebración pero, por amor al FIB y a Benicàssim, le proponen que ejecute una serie de medidas para mejorar el festival de cara a los asistentes y a los residentes. O dicho de otra forma: le piden que dote al recinto del festival de protección acústica para que se minimicen las molestias a los vecinos y no sea visto como un evento que perturba la vida cotidiana. Al tiempo, y con vocación de suprimir los atascos y colapsos, vuelven a solicitar la necesidad de solucionar los accesos al pueblo. Todo ello sin olvidar la urgencia de gestionar la compra de los terrenos y evitar así las negociaciones interminables, precios desbaratados o inseguridades. Para finalizar y por la promoción del FIB y la mejora económica de la zona, señalan la obligación del Ayuntamiento de, junto con empresas turísticas y otros consistorios, ofrecer paquetes turísticos más amplios a los fibers.

Querido/a lector/a, los concejales socialistas de Benicàssim podrían aprovechar la imperfección y darle leña al bombo. Pero, por amor al FIB y al propio municipio, no lo hacen y prefieren una actitud constructiva, porque saben que los costes de los desacuerdos y de retrasar las oportunas y urgentes decisiones son muy elevados y siempre lo pagan los vecinos. Espero que la señora Marqués se entere y lo considere.

*Analista político