Desde el año 2000, cada 31 de agosto se celebra el Día Internacional de la Solidaridad, proclamado por la Organización de las Naciones Unidas, con el propósito de promocionar o promover el auxilio mutuo en busca del bien común o ser solidarios con los demás, con los más desfavorecidos.

SOLIDARIDAD significa dar apoyo a quien más lo necesita y en estos días turbulentos que nos toca vivir, donde cada vez parece ser que nos convertimos en seres sin alma, donde nos mostramos muchas veces indiferentes al dolor ajeno, donde nos parece tan normal que la gente sufra, huya, pase hambre o muera porque nosotros hemos tenido buena suerte en la vida y no nos toca ni sufrir, ni huir, ni pasar hambre, ni siquiera pensamos que podemos morir, en estos días turbulentos, hemos vivido como si de una película se tratara, la situación de cientos de personas que son rescatadas por barcos de oenegés, pero luego languidecen en el Mediterráneo casi 20 días esperando a que un Estado europeo les brinde la entrada a puerto seguro.

Y NO SE TRATA solo de solidaridad con las personas del barco Open Arms que estuvo a la deriva y que, finalmente y tarde, pudo hacer el desembarco en Lampedusa, Italia, se trata de solidaridad con los menos favorecidos, con los desprotegidos, con quienes están en riesgo de exclusión social, con quienes luchan por los derechos de los demás, solidaridad con los que protegen a los desprotegidos.

El actual Gobierno en funciones ha actuado tarde y mal. No ha sido capaz de resolver, al igual que otros Estados implicados en el asunto, de forma diligente y óptima la crisis del Open Arms. ¿Qué hace falta? ¿Solidaridad? No, en este caso lo que hace falta es que los gobiernos europeos apliquen los valores por los cuales se rigen, o ¿es que se olvida que la Europa de los valores promueve el respeto a la dignidad humana y los derechos humanos, entre otros?

Importante también es que los gobiernos destinen más presupuesto al rescate de los migrantes en el mar.

EN ESTOS MOMENTOS en que redacto mi columna hay más barcos con gente deambulando por los mares, pero es significativo el caso del Ocean Viking de Médicos sin Fronteras y Sos Méditerranée, porque transportan 356 vidas dignas de seguir siendo vividas. ¿A qué esperamos ahora? ¿Otra vez una respuesta coordinada de los estados europeos que quizás llegué tarde, como casi siempre?

La zozobra me invade porque no sé cómo acabará la historia de estas 356 personas que huyen porque no les queda otra, más aun, sabiendo que entre ellos hay un total de 103 menores, la mayoría están solos.

Estos menores son quienes deben preocuparnos, porque son seres desvalidos que tienen derecho a ser protegidos y que, como nuestros hijos, como nuestras nietas, tienen derecho a una vida digna.

DEFENDAMOS, protejamos, cuidemos, seamos solidarios, seamos solidarias porque, como dice la poetisa nicaragüense Gioconda Belli: «La solidaridad es la ternura de los pueblos», y porque debemos construir un mundo mejor.

*Diputada autonómica de Unides Podem en Les Corts