Hace un año, un concejal del Ayuntamiento de Burgos intentó que se declarara a la capital burgalesa ciudad libre de casas de apuestas y locales de juegos de azar tras la proliferación de estos en los últimos años y el alarmante aumento de casos de ludopatía. A partir de esa petición, otras poblaciones se han hecho eco del problema y están intentando, en vano, poner veto a lo que para muchos es la droga del siglo XXI. Y es que, por mucho que se haya intentando normalizar, el juego en la sociedad actual, las casas de apuestas (tanto físicas como virtuales) han provocado tal pandemia que se calcula que en España hay 500.000 ludópatas, de los que la mitad tienen entre 16 y 25 años. Uno de los problemas de esta epidemia social es su poca visibilidad, pues no tiene signos externos y el que la padece la esconde con toda clase de mentiras.

Otro dato preocupante es la significativa reducción de la edad de inicio (muchos empiezan a los 12), lo que ocasiona que cada vez haya mas jóvenes enganchados, con graves problemas económicos y psicológicos. Los eventos deportivos están sumergidos en una vorágine de impactos publicitarios donde las casas de juegos de azar han tenido la habilidad de vender la apuesta como un complemento extra del evento, consiguiendo hábilmente que no se perciba como una ludopatía.

Además, estas adicciones no vienen solas. Estudios demuestran que la mayoría de jugadores patológicos también presentan altos índices de adicciones a sustancias como el cannabis y el alcohol. Desafortunadamente, el juego tiene una percepción de riesgo inferior al real, pues es visto como algo aparentemente inofensivo, relacionado con el ocio y socialmente aceptado. Pero la realidad es que puede acabar con la vida de una familia entera.

*Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)