El nuevo Gobierno de España quiere que todos seamos felices, que sonriamos, que asumamos que todo irá bien a partir de ahora porque han llegado cargados de promesas y proyectos mesiánicos que nos salvarán del cataclismo.

El cataclismo de la reducción del paro, del crecimiento económico, de la mejora progresiva de la calidad de vida que cayó en picado en manos de quienes ahora nos aseguran un futuro prometedor... Pdr Snchz lo ha logrado gracias a quienes serán sus verdugos.

Porque el peor PSOE de su historia encabeza el equipo de quienes no han ganado ninguna de las últimas convocatorias electorales, quienes no han contado con el apoyo de la ciudadanía para gestionar los intereses de la nación, quienes dicen y se desdicen dependiendo del pie con el que se levanten o de las cábalas demoscópicas con las que desayunen. Todos ellos van a decidir a partir de ahora qué pasará en este país. Un país que los aliados interesados de Sánchez pretenden diseccionar en pedazos, en una conversión terrorífica de aquello de repartirse el pastel.

El presidente ya tienen ministros. Unos cargos que al segundo de conocerse ya ponían de vuelta y media quienes han de darle su apoyo para hacer alguna cosa. Bien empieza. Aunque es lo que pasa cuando Pedro Sánchez hace lo que mejor se le da: ignorar a todos menos a quienes le dicen que es el mejor.

Se ha rodeado de amigos, con escasos guiños a la neutralidad. No seré yo el que juzgue su competencia antes de empezar a trabajar, pero no hay que ser un gran analista político para llegar a una conclusión inevitable: estamos ante el Ejecutivo más débil de la historia de la democracia. Sin apoyos, sin proyecto, sin decisión...

Veremos cómo cumple con sus promesas vacías llenas de ganas de contentar a unos y a otros. Porque a Pedro Sánchez le encantan las sonrisas, pero alguien debería decirle que las sonrisas no dan de comer. No quiero que fracase, porque sé cómo fracasa el PSOE, todos los sabemos, lo hemos sufrido durante muchos años. Aunque una cosa es lo que deseamos y otra lo que nos espera, que con un Gobierno de mínimos es más bien poco o casi nada.

*Concejal y presidente del PP de Nules