El pasado lunes, un hombre de 50 años entró en la sala de la Unidad de Trasplantes del Hospital La Fe de Valencia, donde le atendió una trabajadora. La sanitaria le preguntó el motivo de su presencia y él dijo que quería donar sus órganos. La mujer le explicó el procedimiento. En ese momento otra enfermera se percató de que el señor llevaba una pistola. Después de escuchar a las dos sanitarias, el hombre insistió en hablar con el coordinador de la Unidad. Las dos empleadas vivieron unos instantes de tensión, ya que el individuo no les permitió abandonar la sala. Rellenó el formulario y se dirigió al cuarto de baño donde entró con aparente tranquilidad. Segundos después se oyó un disparo: el hombre se había suicidado de un tiro en la cabeza. Dos médicos acudieron de inmediato, pero solo pudieron certificar el fallecimiento. Al parecer, ha dejado una grabación de vídeo en su casa donde explica los motivos de su acto.

Hay diferentes razones por las que una persona se suicida. Las tres más frecuentes son los problemas económicos, padecer una enfermedad crónica y/o incurable y el desamor. Bien sea por intentar retener a la persona querida o porque no se concibe la vida sin ella, el suicidio se convierte en la única opción para quien no puede estar con la persona amada. Pero sea cual sea el motivo que induce a alguien a quitarse la vida, lo cierto es que la persona no desea la muerte, lo que quiere es dejar de sufrir. H

*Psicólogo clínico

(www.carloshidalgo.es)