Fue a principios de junio cuando Sánchez logró aquello que tanto había ansiado; llegar a Moncloa para, tal y como había prometido, «dignificar las instituciones» y «convocar cuanto antes elecciones». Más de dos meses en los que lejos de cumplir con promesas que desde el principio sonaban huecas lo que ha hecho es demostrarnos que a la izquierda española se le dan excelentemente bien las proclamas vacías.

Si no que alguien me explique cómo es posible que aquellos que exigieron con tanta vehemencia una reforma del modelo de financiación ahora tengan la desfachatez de decir que el Gobierno «tiene derecho a tomarse su tiempo para iniciar la reforma». Y es que una cosa es lo que exige la izquierda y otra lo que hace. Ese es el único modo de entender que Sánchez, después de pedir el fin de los privilegios para los políticos, va y en tiempo récord enchufa a todo el que tiene carnet de socialista. Porque el tiempo que no tiene para la reforma o que ni sus ministros valencianos ni él han tenido para desplazarse hasta Llutxent, sí que lo ha tenido para colocar a la mitad de su ejecutiva en empresas públicas, subir el gasto en asesores un 25% o disparar el coste salarial de sus ministros un 30%.

No en vano, dicen que el tiempo es relativo y parece que para el PSOE éste avanza a distinto ritmo dependiendo de sus intereses. Porque, eso sí, tiempo hay de sobra para dotar de privilegios a presos de ETA, para cesar al director de la UCO, para tener una política migratoria de bandazos o para presumir de éxitos heredados como la subida de las pensiones.

Es por ello que a quien dedica tantos esfuerzos a venderse sería osado exigirle gestión y que, sin ir más lejos, los valencianos contáramos con ambulancias para las urgencias a domicilio o no tuviéramos que pagar un 30% más por estudiar en la EOI.

Pero claro, en el reloj de la izquierda el tiempo pasa al ritmo caprichoso de su superioridad moral. He ahí la moral de la izquierda que le permite hacer y deshacer a su antojo con el convencimiento de que no tiene que rendir cuentas. Deben recordar que en el 2019 llegan esas urnas que no han necesitado para gobernar...

*Presidente NNGG Castellón